Serge Raynaud de la Ferriere

Los

Propósitos

Psicológicos

Tomo XXII



La Magia



El período de finales de Diciembre no puede dejar insensibles a los pueblos de Occidente. No es solamente la Navidad festejada en su aspecto vulgar y material, ya que son numerosos quienes de todos modos realizan el verdadero sentido de la conmemoración del nacimiento de un Mesías, sino aún todo el misterio que va unido a la llegada del Cristo Jehsú.

En el diario católico “El Voto”, del mes de Enero de 1958, en Francia, se puede leer: “La luz resplandeciente de Belén, la fulgurante estrella de los Magos que vinieron en esa época de Navidad y Epifanía a calentar nuestra fe, orientar nuestros corazones hacia las realidades sobrenaturales de nuestra redención, a consolidar, en definitiva, las razones de nuestra esperanza y nuestra caridad”.

Esa Luz de Belén encierra un gran símbolo, que es primeramente esa Fuerza magnética del Lugar, como epicentro predestinado a recibir la Fuerza de Arriba, simbolizada por la “estrella” entrevista por los Magos. Esa “estrella” que ha sido objeto de tantos comentarios, sería un planeta (quizás Venus) dispuesto en un lugar muy especial del cielo (como un signo), un cometa indicador de un acontecimiento importante o, simplemente una imagen simbólica figurada, para hacer comprender que los Iniciados habían establecido un “horóscopo”, al buscar con la ayuda de la Astrología el advenimiento que desde hace largo tiempo estaba previsto: la llegada de un Instructor.

En fin: Iniciados, Maestros, Maestría, Magisterio… en una palabra “Magia”…

El gran Arte Sagrado, la Ciencia Suprema: La “Matesis” (dominio de las tesis), el Magisterio, la Magia, se manifestaba en plena luz y para servir de punto de partida a esa mitología cristiana.

Los 3 Magos (emblema de los 3 Grandes Colegios Iniciáticos: Europa, Asia y África) se presentaron cargados de oro, incienso y mirra. Igualmente, ese Triple-Magisterio reunido en ese lugar (el Cercano Oriente está justamente en la encrucijada de los 3 continentes) simbolizaba, por sus atributos, las 3 Grandes Ciencias Superiores: la Alquimia, la Astrología y la Magia.

La Astrología es la Ciencia de arriba, el estudio del cielo y la influencia del Cosmos sobre el hombre; la Magia es la Ciencia de aquí abajo, el control que puede ejercer el ser humano sobre los elementos; la Alquimia permite la transmutación (no solamente de los metales) en el sentido de la Gran Obra Espiritual para reunir el principio de abajo al principio de arriba.

La Astrología simbolizada por el incienso tendría como emblema a Saturno, pero en realidad está muy bien simbolizada por nuestra Tierra. Esos dos planetas están, por otra parte, estrechamente ligados: todo evento sobre nuestra Tierra se encuentra bajo la acción directa de Saturno, desde la función clorofílica hasta cada comida que es el producto de un crimen y la eterna “lucha por la vida” (el “struggle for life” de los sajones), todo ello está bajo la influencia saturnina. La Astrología está en función directa de un punto de vista especialmente terrestre (en razón de la visión “geocéntrica” en Astrología, contrariamente a la visión “heliocéntrica” empleada en Astronomía). La Ciencia de los astros encara sobre todo la influencia que tienen los planetas, las estrellas y la orientación del cielo sobre nuestra Tierra.

La Magia, simbolizada por la mirra, tendría como emblema a la Luna, ya que toda su obra se ejerce precisamente sobre nuestro satélite. Las fuerzas desplegadas son proyectadas en el mundo astral (o mundo sub-lunar) y los lugares mismos de las operaciones tuvieron a menudo la forma de crecientes de luna (ver nuestras explicaciones sobre los lugares mágicos de los Druidas, en el Libro II de la serie “Los Grandes Mensajes”).

La Alquimia, simbolizada por el Oro, tiene como emblema al Sol. Se sabe que la transmutación de los metales reside en el hecho de transformar el plomo en oro, ese trabajo simbólico de los alquimistas del medioevo: hacer con el “vil metal”, el “metal sublime”. Trabajo “simbólico”, acabamos de decir, ya que si la búsqueda del precioso metal, fabricado artificialmente, fue operada por algunos (ya hemos dado las pruebas en nuestros “Propósitos Psicológicos” V y VII), no es menos cierto que la verdadera Obra de la Alquimia radica en el hecho de una transmutación psíquica, una transformación de las fuerzas físicas en espirituales, es el sistema Yoga por el cual se trabaja sobre sí mismo (“es preciso que nazcáis de nuevo”… fue enseñado). Esa es la subida de “kundalini” a través de los “chakras” (la fuerza que vitaliza los centros nervo fluídicos), el equilibrio de las glándulas, o si se prefiere, el paso de la energía sexual (que reside en el plexo inferior y es simbolizada por el plomo) yendo a sublimarse en la glándula pineal (simbolizada por el oro). En términos de los Yoghis es la transmutación de “Muladhara Chakra” al “Sahasrara-Padma”, (Lotus de los mil pétalos) que para los Qabbalistas es el paso de “Malcuth” a “Kether”: del “plomo” (Saturno) al “oro” (el Sol)1.

Si bien en el artículo del diario católico el autor (H. B. de Niza) dice: “…calentar nuestra fe, orientar nuestros corazones hacia las realidades sobrenaturales…” quizás no da a comprender, como nosotros, esos valores simbólicos. Por otra parte, tal vez él mismo no comprende toda la amplitud de esa posibilidad de “redención”, vista no tan solo teológicamente sino por métodos más concretos.

Sin embargo, el autor de ese artículo (intitulado “La Luz que nosotros buscamos”) profundiza filosóficamente otro hecho interesante y prosigue así: “La Escritura lo dice, la liturgia de la Epifanía lo afirma: Hoy en el Jordán el Cristo ha querido ser bautizado por Juan a fin de salvarnos”. Y cuando el Concilio de Trento nos enseña que el bautismo cristiano ha nacido de ese bautismo por el cual Jesús santificó las aguas del Jordán, supone la idea más profunda, tan bien traída a la luz por los Padres griegos, de la recapitulación de la humanidad entera en el Cristo. “Es todo el viejo Adán quien es sumergido…”.

Hemos estudiado ya la diferencia entre el bautismo católico y el rito primitivo, tal como fue practicado, por ejemplo, por los Mandeos (Propósito Psicológico XI). La idea de inmersión en el agua de una rivera, como la practican aún numerosas sectas cristianas, es muy antigua y hemos hablado igualmente de esos “baños” en los ríos sagrados de la India. Los peregrinos van no solamente a “lavarse“ de sus pecados, sino aún a ciertas ceremonias que han estado siempre en uso, desde hace milenios, como la de cosechar el agua donde se ha bañado un “Santo”, un “Mahatma”, un “Yoghi”…y el Concilio de Trento acepta esta concepción reconociendo que Jesús santificaba las aguas del Jordán, así como en Oriente el agua es preciosamente conservada como sagrada cuando un “Sannyasin” la ha tocado.

Es todo el viejo Adán quien está sumergido…”

Evidentemente, por nuestra parte, estamos una vez más enteramente de acuerdo: es todo el viejo Adán, toda la humanidad, la que es así santificada, siempre que el género humano comprenda el hecho y conciba su “extracción” de una línea directa y pura como Adán, primer “Avatar” de Dios que es el Arquetipo mismo de todos los otros Avatares que espiritualmente serían también extracciones directas por el conducto astral. Jehsú, el Cristo, el Mesías, el Avatar… es la emanación de Abraham, de Noé, de Adán, y, por ello mismo, “Hijo de Dios” (“Hic est Filius Dei”, ese es Hijo de Dios, dice San Juan).

Es conocido el hecho que hace decir que el hombre es una mujer que se ignora y la mujer un hombre que se ignora. Es decir que prácticamente todo ser de un sexo definido es el complemento del otro; o mejor aún que esa concepción de las “almas gemelas”, es evidente que el ser humano es doble: macho y hembra, positivo y negativo y que justamente aquí se confirma el método de los Yoghis de “fusionar” en ellos las dos polaridades para hacer brotar la Luz. (Teoría del Yang-Yinn de los chinos, etc.).

Pero, no nos dejemos arrastrar demasiado rápido hacia esas consideraciones. Jesús construyó un método espiritual activo pero fracasó en una misión de construcción positiva y el “Hijo del Hombre” se manifiesta positivamente por una acción concreta en el mundo material pero sin renovación espiritual (mantenimiento de la espiritualidad tradicional, completamiento total de la Misión Crística).

Recordemos que el Avatar de la Era de los Peces (el Cristo Jehsú) se manifiesta durante la Época “negativa” (cierre de los Colegios de Iniciación) y que él fue crucificado, mientras que el Avatar de la Era Aquarius (“Hijo del Hombre”) simbolizando el signo del Hijo del Hombre en el Zodíaco (el Aguador) en tanto que Cristo Rey sería glorificado en esa Época “positiva” (apertura de los Colegios Iniciáticos).

Digamos aún que el Centro electromagnético del globo, que se encontraba en el Himalaya durante toda nuestra Edad, daba una fuerza positiva a la espiritualidad (Santuarios establecidos en Asia Central: Tíbet) mientras que la región quedaba negativamente práctica en el plano material. En la Nueva Edad (Era del Acuario), la Cordillera de los Andes que recibe los efluvios electro-telúricos ve acrecentarse su potencial material y debilitarse sus fuerzas espirituales constructivas.

En cierta manera, las polaridades son separadas cada vez de un punto a otro, con una inversión que sigue el curso de las Eras, haciendo las grandes realizaciones en un plano en detrimento del otro.

Esas dos polaridades existen pues en todas partes, desde Dios (No-Manifestado y Manifestado) pasando por el Universo (los planetas en sí son pasivos y activos) hasta los hombres.

Notemos, por ejemplo, una acotación de Adler que muestra cuánto comprende las bases biológicas sexuales. Alfred Adler, médico de Viena, se opone a la concepción de su maestro S. Freud ya que si para este último la idea central reside en la polaridad principio del placer – principio de la realidad, para Adler se trata de la polaridad inferioridad – superioridad. Por ejemplo, hay dos puntos en los cuales el hombre se siente inferior a la mujer y sin seguridad: no está jamás absolutamente seguro ni de su poder sexual ni de su paternidad. Esa constatación nos recuerda a las antiguas sociedades matriarcales en las cuales el hombre no era más que un huésped tolerado por ser indispensable como fecundador. Jung no rechaza las teorías de Freud y Adler, pero las amplifica, profundiza y trae nuevas concepciones. Ania Teillard (en “Aporte de Freud y sus sucesores”) escribe: “El (el profesor Jung) concebía la importancia, en la vida del hombre, tanto de la sexualidad como de la voluntad de poder, pero se apoya en el papel esencial del espíritu. Hay hombres que viven una vida sexual normal con su esposa y sus hijos, tienen un triunfo social satisfactorio, pero están sin embargo atormentados por un vacío, sus vidas no tienen sentido, ellos no se han realizado”.

Si Freud quiere curar la miseria sexual y Adler la miseria social, Jung ataca la miseria psíquica y espiritual de la humanidad.

Para Freud y para Adler, la superioridad del hombre es un dato “a priori” que no ha sido jamás puesto en duda. Jung trata a la mujer como profundamente diferente del hombre pero en situación de igualdad. Descubre en el psiquismo femenino las mismas posibilidades de evolución, pero la vía que conduce a la mujer a la realización de sí misma ( o individualización) es otra que aquélla del hombre.

Y así, para apuntalar las teorías ya expuestas desde hace tiempo en nuestros libros, tomaremos textualmente el siguiente pasaje de Ania Teillard: “La individualización, que es lo contrario de un “individualismo” egoísta, comporta una reconciliación de las polaridades “masculina – femenina” así como de las polaridades “consciente – inconsciente”. Para comprender esto, es preciso explicar un punto de vista central de la psicología junguiana: aquel de “Anima – Animus”. Un ser humano no es solamente hombre o mujer, sino que lleva en él los dos sexos. Freud ha apoyado ese hecho desde el punto de vista fisiológico, subrayando sobre todo el lado negativo: el deseo irrealizable de la niñita de poseer un miembro viril y no solamente un rudimento de éste. Jung acentúa el lado psicológico de la cuestión. La mujer posee elementos masculinos que condicionan en parte su psiquismo y su carácter, pero que son dados en un estado más inconsciente que sus componentes esencialmente femeninos. Su espíritu batallador, porfiador incluso, su ambición, su lógica a menudo deficiente, pueden evolucionar por una toma de consciencia y ser integrados en la totalidad de su psiquismo. Esos elementos, o ese complejo autónomo, son “Animus”, aparecen en los sueños bajo la forma de personajes masculinos y se transforman en el curso de un tratamiento psíquico según el método de Jung.

La mujer tiene ante ella una tarea maravillosa de reconstrucción de la personalidad, que puede llegar a una armonía y a la posibilidad de un resplandor social o de una creación. Pero, un punto nuevo e importante es que también el hombre se encuentra delante de una tarea del mismo orden, en sentido inverso: la toma de conciencia de su feminidad inconsciente, su “Anima”, es decir su emotividad, su intuición, su lado no racional, a menudo desaprobado y escondido por él y la integración de ese aspecto de sí mismo para llegar a su plenitud. La masculinidad sin feminidad que la completa y dulcifica no producirá más que un bruto; la feminidad sin elementos pertenecientes al dominio de logos, intelecto y voluntad, no sería más que una parcela pasiva de la naturaleza, incapaz de otra actividad que la realización de sus funciones biológicas. Los dos sexos tienen su deber de orden social y creador en el mundo, pero les incumbe otra tarea interior: su realización individual. Se trata no solamente de una unión entre los sexos, fuente de dicha, sino de la unión interior de las polaridades fundamentales en el hombre.”

He ahí un escrito serio y no hay más que revisar los textos de Jung y muchos otros libros que tratan sobre la materia 2, para darse cuenta de que la cuestión sexual es no solamente una cosa muy seria, sino que tendría todo para ganar si fuera propagada en un orden de espíritu psicológico para lo mejor de sus aplicaciones sociales y culturales. Un cierto pudor idiota impide, por lo general, hablar libremente de sexualidad, aparte de las esferas especialmente versadas en sexología.

Evidentemente, aquello que acabamos de exponer, deja entrever inmediatamente las posibilidades de magia sexual, pero eso es algo en lo que quizás sería útil educar mejor, con el fin de establecer un método que podría ser generalizado para el mayor bien de los seres. Cuando se habla de magia sexual, muchos piensan en una especie de magia “negra” (¡!), pero es un hecho que si tales prácticas permiten desplegar las fuerzas hacia algunas malas acciones, no es menos verdadero que permiten también, no solamente liberarse, sino además perfeccionarse en diversos dominios de espiritualidad superior.

Sin embargo, no hay que creer que el hecho de saber que tales fenómenos existen es suficiente para poder experimentarlos así de un golpe... El hecho de conocer, por ejemplo, que el acoplamiento en ciertas condiciones puede conducir a una sublimación de las fuerzas, no basta para obtener resultados. Sin el conocimiento profundo de todas las partes de esa Ciencia mágica, cualquier práctica queda sin efecto. Además de un Saber excepcional y una disciplina de largos años, una multitud de cosas deben ser tomadas en consideración. Sin contar con los famosos “choques de regreso”, conocidos por los ocultistas en general y por los magistas en particular, hay peligro para la salud tanto física como mental y si los efectos mágicos contrarios no acarrean siempre la muerte, muchos podrían ser víctimas de la locura.

Por otra parte, las verdaderas prácticas de magia sexual (como las de la Magia verdadera en general) deben ser sometidas a leyes bien establecidas y solamente los grandes iniciados se pueden permitir, con muchas precauciones aún, el arriesgarse en esos dominios tan especiales.

En el siglo XIX un médico dio mucho que hablar, primeramente en un círculo muy restringido de iniciados y después en todos los medios ocultistas. Se trata del Dr. Pascal Beverly Randolph quien tenía un poco como axioma emblemático: “El sexo es la más grande fuerza mágica de la Naturaleza”.

El había comenzado sus estudios iniciáticos en la Sociedad Secreta H. B. of L. (Hermetic Brotherhood of Luxor) que tenía su sede en Boston. Fundó su propio Colegio Iniciático en 1870 con los Doctores Fontaine y Bergevin, bajo el nombre de “E. B.” (Eulis Brotherhood). El grupo se dedicaba a estudios muy esotéricos.

Mme. H. P. Blavastky lo combatía violentamente, viendo en el Dr. Randolph un serio competidor que atraía a sus mejores alumnos. En efecto, la Señorita Helena P. Hahn, que se había casado a la edad de 17 años con el General Nicéforo Blavastky, una vez viuda y desamparada en la vida, se había interesado rápidamente en las ciencias ocultas. Había dejado su Rusia natal en 1873 para ir a Paris y en seguida a Nueva York, donde conoció al Coronel Olscott en 1874, un periodista que le fue de la más grande ayuda. H. Pretovna Blavatsky ya había intentado fundar una sociedad de espiritismo durante un viaje a Egipto, pero comprendió de inmediato que los Estados Unidos eran mucho más favorables para ese género de explotación y fue con su amigo el ex -Coronel, que formó una asociación declarada bajo el nombre de “Sociedad para el estudio de los fenómenos metapsíquicos” convertida más tarde en la “Sociedad Teosófica”. La dirección fue remitida a la Señora Annie Besant que había sido durante 10 años la amiga de Bradlaugh, el Apóstol del ateísmo en Gran Bretaña.

El Dr. Randolph, por su lado, no quería la explotación de un gran público sino más bien la formación de una élite de gentes que él iniciaba muy minuciosamente. Autor de “Asrotis”, “She”, “Magh-Thesor”, “Dhoula-Bella”, “Master Passion”.... que son del género novelas mientras que más profundos serán sus tratados como: “Espejos Magnéticos”, “Las relaciones con los muertos”, “Misterio Anseirético”, “Los secretos íntimos de los misterios de Eulis”. Proclama a lo largo de sus obras la enseñanza de “no echar perlas delante de los cerdos”. Sus manuscritos fueron confiados a personas dignas de Fe, pero su colección pasó a otras manos y fue eso lo que permitió conocer su tenor.

Hoy en día no es más un secreto, pues no solamente el grupo esotérico del Dr. Randolph no existe ya, sino que sus textos han sido publicados por algunos y difundidos a tal punto que una casa de edición de París (Guy Le Prat), bajo el título de “Magia Sexualis”, ha vulgarizado desde hace varios años la base de su sistema, que ha sido establecido sobre el manuscrito del 2do. grado de iniciación de la Escuela esotérica “E. B.”. Y aunque se enseña: “no echéis margaritas a los puercos”, creemos un deber dar aquí lo principal para aquellos que no tengan aún conocimiento de ese importante trabajo.

Los “Misterios de Eulis” reposan sobre la polarización de los sexos en la Esfera Superior, los “Misterios Anseiréticos” son la aplicación en la esfera material.

Son esas fuerzas positivas y negativas que actúan por todas partes (como lo hemos ya estudiado y profesamos desde siempre), sobre las cuales Randolph se basa para establecer su método práctico. Esos polos: alto – bajo, caliente – frío, espiritual – material, etc... el Maestro del Colegio “E.B.” los aplica sobre todo en lo que concierne al hombre, positivo sobre el plano físico y negativo sobre el plano mental, y a la mujer, negativa en el dominio material y activa en el psiquismo. Es, dice él, el principio-base de toda la Magia (sobreentendido además en su aspecto de magia sexual práctica).

Los actos operatorios pueden hacerse: a) intelectualmente, es decir, sin alegría; b) sensualmente, es decir en el amor. Y es ese el método que va a desarrollar el Dr. Randolph a lo largo de su enseñanza, él lo ve como la base del Misterio “Mahi-Kaligua” (la Ciencia de la Edad Vieja): la corriente mental que está en su paroxismo en el momento de la eyaculación, tanto en el hombre como en la mujer.

Evidentemente, se encuentran pruebas en todas las Tradiciones. El Tantrismo Tibetano lo enseñaba ya desde hace milenios y ese principio era conocido desde la más alta Antigüedad. Los Egipcios lo simbolizaban con sus obeliscos, emblema fálico por excelencia; los Druidas han dejado la prueba de ese conocimiento con sus menhires (piedra vertical) como símbolo del sexo masculino y los dólmenes (piedra horizontal), símbolo del sexo femenino. Más evocadoras aún son las estatuas chinas o las esculturas de la India, que no dudan en dar detalles de las posiciones de las parejas en las operaciones de magia sexual.

El sistema de Randolph reposa sobre 3 principios elementales: volencia, decretismo y posismo, a lo cual será preciso agregar aquello que se llama “tirauclarismo”. Se siguen como una serie continua de un sistema bien establecido: tesis-antítesis-síntesis y, en fin, matesis.

El Dr. Randolph llama “volencia” al arte dominar en todas las circunstancias las fuerzas mentales, magnéticas y psíquicas. Consiste en ejercer sus diversas capacidades a voluntad, sin cansancio nervioso (Como en los métodos orientales, se trata de ejercitarse poco a poco con la ayuda de un disco blanco con un punto negro en el centro, en el que es preciso fijarse durante 60 segundos, después 2 minutos, luego 3, etc... hasta poder, desviando la visión del objeto, volver a ver el disco sobre un muro. Y eso hasta lograr –al desviar la mirada- ver el disco reaparecer hasta 7 veces sobre un muro al lado).

El “decretismo” es, según él, la posibilidad de emitir órdenes, de insertar en otros: deseos, pensamientos, sentimientos... Es igualmente el poder de crear entidades, lo que constituye la cualidad de potencia positiva del ser humano, sin la cual es imposible hacer el “Bien” ( o el “mal” igualmente).

El “posismo” es la ciencia del gesto. Se trata de colocarse en ciertas posiciones, necesarias para que la cosa se realice. Durante 5 minutos más o menos (a veces más), es preciso estudiar delante de un espejo los efectos producidos: sonreír para atraerse la simpatía, hacer muecas para imponer el terror, etc... Después de un mes de práctica bastará tan solo un minuto y a veces será suficiente menos, para prepararse a “operar”.

El “tirauclarismo” (sacar-en-claro) es el poder de evocación que permite corresponder con los ausentes, los muertos, las entidades invisibles, etc... Pero consiste, sobre todo, en ser amo de su poder mental. Es “sacar en claro las ideas”, hacer nítida la claridad en sus pensamientos, resolver el problema inmediatamente. El último estadio de este principio, prepara para la Gran Obra, que se resume sobre todo en la reconstrucción del mundo visible e invisible. (Es así que se lleva a efecto la célebre operación de los “cuadros vivientes”, es decir, revivir un cuadro, una escultura, etc... los personajes figurados regresan a la existencia por un instante con el fin de servir de intermediarios entre los dos mundos y ayudar al Mago en sus trabajos, búsquedas, operaciones, etc.).

En fin, la magia sexual tiene diversos fines, pero Randolph resume esa Ciencia en 7 objetivos principales:


  1. Cambio de “voltios” y otras condensaciones fluídicas

  2. Regeneración de fuerzas, energía vital, reforzamiento del poder magnético

  3. Producción de influencias magnéticas en vista de una sumisión del hombre a la mujer o de la mujer al hombre

  4. Refinamiento de las potencias o de los sentidos en general

  5. Determinación a voluntad del sexo del niño a concebir o reforzamiento de las capacidades cerebrales o corporales

  6. Provocación de visiones sobrehumanas, espirituales y sublimes

  7. Realización de los proyectos, de los deseos precisos del Operador y esto en no importa que orden



He ahí, en breve, la enseñanza del Colegio Esotérico “Eulis Brotherhood”, en particular a partir del segundo grado de iniciación.

La enseñanza de Randolph entraba en los detalles prácticos del método, enseñando a los adeptos hasta las posiciones indispensables en el acoplamiento del hombre y la mujer con un fin mágico. La edición francesa de “Magia Sexualis” presenta inclusive esbozos esquemáticos para indicar la manera de operar el acto sexual, ya sea para corregir capacidades, para proyectar influencias hacia el exterior sobre personas escogidas o sobre las esferas superiores, aumentar la fuerza para “deshechizar” a una persona (descargarla de las fuerzas del mal), o bien para influir sobre una persona a distancia o sobre la misma persona que está practicando la operación, y toda la gama de prácticas mágicas para el acercamiento de los sexos en un acto que no tiene nada del coito habitual, pero donde se encuentran condensadas fuerzas supra-normales por el conocimiento de una concentración especial en el momento del orgasmo.




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Regresemos a los principios elementales de la Magia, ya que antes de abordar la “magia sexual”, o cualquier otro departamento de la Magia al cual se agrega siempre un calificativo, es preciso estudiar, ante todo, la Magia en sí. Además de los estudios preliminares sobre ocultismo en general (simbología, Astrología, leyes de concordancias, reglas de las analogías, Qabbalah, Arqueometría, etc...) es preciso un muy largo estudio de documentos. Las ceremonias piden un gran conocimiento de todas las ciencias (matemática, física, química, biología, etc...).

Pasemos al estudio de las obras indispensables tales como aquellas de Stanislas de Guaita, Eliphas Levi, Fabre D’Ollivet, St. Ives de Alveydre, J.M. Ragon, E. Schuré, René Guenón, y tantos otros ocultistas de gran clase; también los clásicos como las obras de Santo Tomas de Aquino, Alberto-el-Grande, Erasmo, Van Helmont, Paracelso, Agrippa y aún las de Platón, Pitágoras, Aristóteles y de todos los Sabios de la Antigüedad, para no hablar más que de la literatura occidental, mientras que son justamente los textos de Oriente los que sería preciso analizar más.

La Magia práctica pide pues de modo preliminar, repitámoslo, conocimientos generales de física, química, matemática y, naturalmente, las ciencias abstractas que provienen de ello: metafísica, metapsíquica y ocultismo en general. Independiente de toda religión, no es cristiana ni luciferina, no es budista, shivaista, judaica o islámica, aunque evidentemente estuvo contenida, durante el curso de los siglos, por las religiones. Es preciso, por tanto, despojarla del sectarismo y presentarla primeramente, en estado puro, en su TESIS, enseguida, su parte histórica que se manifiesta con su ANTITESIS, después su filosofía para hacer una SÍNTESIS y, en fin, con su mecanismo para obtener una MATESIS que es entonces la verdadera “Ciencia Oculta”, como debería comprenderse la “Magia”.

Hay cuatro partes en la Magia práctica:

  1. Las materias utilizadas

  2. Los lugares y protecciones

  3. El ritual

  4. Las Fórmulas

La Magia es la acción del hombre sobre un plano SUPRA-TERRESTRE.

Es normal que se trate de un equilibrio a establecer entre el macrocosmo y el microcosmo (leyes de analogías, reglas de concordancias, fusión de los dos polos, etc.)

El Macrocosmo se extiende sobre 3 Planos: Físico-Astral-Divino.

El Microcosmo se extiende sobre 3 Planos: Físico-Astral-Divino.

El Plano Físico de la Naturaleza es el Plano material del hombre, el Plano Astral es el Alma y el Plano Divino se manifiesta en el hombre por el Espíritu. Tenemos entonces:


FISICO

ASTRAL

DIVINO

La Manifestación

Regla de Operación

La Teurgia

Tierra

Luna

Sol

(La Forma)

(El pensamiento)

(La Obra)

Las 4 razones preliminares de la ceremonia operatoria son: Videncia, Salida en astral, Evocación, Acción sobre un tercero.

En la videncia no se trata, para el verdadero magista, de darse a una vaga predicción en beneficio de personas curiosas, sino más bien de calar los misterios del Espacio y del Tiempo con un fin de investigaciones científicas. La salida en astral puede operarse por medio de una liberación del psiquicón, o por la proyección del pneumaticón hacia lugares o personas que necesitan ayuda. La evocación no debe comprenderse, en la verdadera Magia, como el simple contacto intentado por los espíritus-mediums, sino con el fin de comandar a los Genios Superiores para asistir al género humano en su penosa evolución. En cuanto a la acción sobre una persona, se hace generalmente para asistirla en su elevación espiritual.

Esas operaciones piden una “maestría” (magisterio, magia) que permite entrar en relación con las Fuerzas de la Naturaleza. Se sabe que los 4 elementos tradicionales poseen sus Genios: el Fuego (las Salamandras), el Aire (las Sílfides), el Agua (las Ondinas) y la Tierra (los Gnomos). Los cuentos de hadas están llenos de esas historias de pequeños espíritus, no denudadas de fundamento.

Las ceremonias mágicas demandan el empleo de materias que sería inútil detallar aquí (brasas, resinas, piedras, agua lustral, metales), sin embargo, podríamos decir una palabra sobre los metales ya que ellos están en relación directa con la Alquimia Espiritual. Se trata naturalmente de transpolarizar pero desde ahora es preciso recordar las bases de la Alquimia ordinaria. Será preciso conocer la densidad (peso de un decímetro cúbico), el punto de fusión (en grados centígrados) y la tenacidad (peso bajo el cual se rompe un hilo de 1 m/m cuadrado de sección).

Como ayuda a la memoria mencionemos: Mercurio (líquido); Plomo (2 Kgs); Estaño (3 Kgs); Oro (27); Plata (30); Cobre (41); Hierro (64).

La conductibilidad (calorífica y eléctrica, con una escala de 1.000 para el Oro). La Plata (973), el Cobre (890); el Hierro (374), el Estaño (303) y el Plomo (179).

En Alquimia hay 3 especies de calidad: Nobles (Oro y Plata), los Semi-Perfectos (Estaño, Plomo y Mercurio) y los Imperfectos (Cobre y Hierro).

Hay igualmente 3 “principios” aplicados a nombres que no son de los cuerpos que generalmente conocemos por ser designados así:

Azufre

=

coloración y sonoridad

Mercurio

=

Maleabilidad

Sal

=

que une el Azufre al Mercurio.

Se les designa por un triángulo con una pequeña cruz bajo su base (azufre), un círculo con una barra horizontal (sal) y el “mercurio” por el símbolo bien conocido de un pequeño círculo sobremontado por un medio creciente y una crucecita bajo el círculo.

Es sin duda inútil recordar que los metales en química están designados por los mismos símbolos que los planetas en astronomía, por la razón muy simple de que los astrólogos conocen las relaciones directas que existen entre los astros, los metales, las glándulas endocrinas, los sonidos, etc... Hemos dicho ya suficientemente que el Oro está en la misma vibración que el Sol, la glándula pineal, y corresponde también al domingo, etc... La Plata con la Luna, la pituitaria el lunes, etc... El Hierro es Marte, el bazo en el cuerpo, el día martes, etc... El Azogue es el planeta Mercurio, la tiroides, el miércoles, etc... El Estaño, simbolizado por Júpiter, es la glándula suprarrenal derecha, también está en relación con el plexo prostático, el Svadhistana-Chakra en el sistema Yoga y es el día jueves, etc. El Cobre tiene el mismo símbolo que Venus (una pequeña cruz sobremontada por un círculo) ya que siempre está en juego la ley de analogía que lo hace corresponder con el plexo cardíaco, la glándula timo, el Anahata-chakra, el emblema del 4to. Grado iniciático (Gurú), se le hace paralelo de Tiphereth en el Arbol Qabbalístico y es el viernes en la semana, etc... El Plomo corresponde a Saturno y, siempre con la misma aplicación en todos los dominios, será análogo a la glándula suprarrenal izquierda, al plexo sexual y estará aún en relación directa con “Muladhara-Chakra”, el sábado, etc...

En fin, para terminar demos la relación de las cualidades de los 3 “principios” citados más arriba (azufre, mercurio y sal).



Oro

=

mercurio y azufre puros y fijos.

Plata

=

mercurio puro y casi fijo, asimismo el azufre.

Hierro

=

mercurio impuro y fijo, azufre impuro y no-fijo.

Estaño

=

mercurio puro y volátil, azufre de la misma calidad.

Cobre

=

mercurio impuro e inestable, asimismo el azufre.

Plomo

=

mercurio y azufre impuros e inestables.

Habría aun tanto que decir sobre las composiciones de todo aquello que es necesario en la Magia operatoria, pero el material, los atributos, los emblemas empleados, etc... se detallan tanto en todos los textos de vulgarización para tal uso que no parece útil referirlos ahora.

La Magia puede sintetizarse en las palabras que siguen, cada una de las cuales, aunque apenas resumen toda una preparación, una disciplina o un conocimiento, nos ofrecen ya una primera idea de los elementos básicos que entran de modo preliminar en línea de cuenta. No podemos analizar todos esos términos, pero es fácil comprender aquello que puede definir cada uno en sus funciones:

Sobriedad, respiración, soplo, masticación, continencia, atletismo, deporte, artes, ciencias, filosofía, didáctica, psicología, aflojamiento, relajamiento, meditación, concentración, suspensión del pensamiento, suspensión de la respiración, dominio de los latidos del corazón, captación del “prana”, ayuno, limpieza moral y física.

Incienso, mirra, nardo, laurel, yagé, peyote, verbena, hierba doncella, mirto, basílico, etc...

Cera, grasa, ungüento, carbón de madera, cenizas, agua lustral, círculos de protección, limaduras metálicas, aceite, pergamino, tinturas, varilla atractiva, madera, espada disolvente y repulsiva, tejidos, metales.

Dominación y maestría de los elementos, elementarios y elementales.

Imantar, seducir, atraer, concentrar: las fuerzas radiantes magnéticas; las “inferiores” son comandadas, las “superiores” son imploradas, merecidas, conciliadas y todas son dirigidas hacia una acción eficaz en vista de progresar, evolucionar, ascender, aumentar sus mejores fuerzas y abatir sus bajos instintos y viles deseos.

La Magia, no menos que la Astrología o la Alquimia, no es religión o creencia. Son sistemas de realización individual que permiten al hombre una toma de posesión de su verdadera Misión sobre la tierra y es por eso que los 3 Magos, simbolizando esos 3 sistemas, han venido a poner sus emblemas a los pies de un niñito en un pesebre, pero que se convertiría (y esos Iniciados lo sabían) en el Gran Instructor de una Era.

La Astrología no es una cosa en la cual se cree o no se cree: ella ES. Es una Ciencia que es preciso estudiar y no rechazar o aceptar sin saber. Por otro lado, traspasa el marco de la documentación corriente, al mismo título que un estudio científico, ya que propone un método práctico susceptible de servir a fines beneficiosos para la evolución espiritual. Ella no existe como las matemáticas, la geografía o la historia, con un fin solamente intelectual, sino para establecer bien una base de conocimientos por razones más elevadas.

La Alquimia ¿es necesario repetirlo? No es simplemente, como algunos han querido ver, una química elemental solamente. Cierto, ella servía antaño para aquello que nuestra física y sobre todo nuestra química actual pueden ofrecer, pero además, permitía un trabajo de renovación psíquica, una transmutación de las facultades hacia principios superiores y es de ahí que ha provenido ese lenguaje simbólico, esas búsquedas misteriosas.

Al mismo título que el sistema Yoga o la Qabbalah, esas dos grandes Tradiciones de la Fuente Iniciática, la Alquimia y la Astrología son independientes de las razas, religiones o épocas. Por otro lado, si se acerca el indispensable conocimiento de la Alquimia (en su forma superior de Gran Obra de Transmutación espiritual) al sistema Yoga y se acerca la Astrología (en su octava suprema de Astrosofía que se convierte en Arqueometría) al sistema de la Qabbalah, es preciso reconocer que la Alquimia y la Astrología son necesarias para la perfecta comprensión del Yoga y asimismo son indispensables para la realización del sistema qabbalístico.

En fin, el “Magisterio”, esa sublime “maestría” que es la Magia, se convierte en ese sentido en el producto inevitable de la gran búsqueda de la Verdad.

Es la gran transmutación consciente, gradual, de la vida pasiva (carnal, animal, inferior, grosera) en una existencia más espiritual (desencarnada, desmaterializada, aligerada de las pasiones, depurada de apetitos groseros y viles instintos). Un Alma fuerte, enriquecida de emociones puras, consciente, lúcida y dominadora del organismo físico; intuitiva, clarividente, meditativa, elevada, que tiende hacia la liberación de los deseos terrestres, hacia la suprema retirada, hacia el Plan de la perfecta Estabilidad.

Es preciso desligarse, a medida que las pruebas nos muestran la vanidad y la fugacidad de los bienes de este mundo, de todo aquello que obstaculiza nuestro vuelo, nuestra Sublime Evasión. Amistades, amores mismos, dinero, reputación basada en el juicio del malevolente, del celoso, del envidioso; simpatías y relaciones más o menos interesadas, etc... Todo ello es irrisorio, transitorio, perecedero, fugitivo, efímero y no vale la pena retardar su Camino hacia la Liberación. Además, uno se deja distraer de la Vía Derecha y así prolonga sus pruebas, dolores, sufrimientos, decepciones, penas... Es preciso abandonar a todos esos agitados, a todos esos ruidosos, a todos esos charlatanes, a todos esos apasionados de apetitos ilusorios. Salir de esa atmósfera malsana que intoxica a los mejores “acorazados”. Cortar una a una todas esas ligaduras que nos retienen en el mundo del dolor. Abozalar nuestro animal, disciplinarlo, domarlo, dominar ese vehículo grosero que es nuestro cuerpo físico.... Mientras que nuestra Alma emotiva verdadera, sobre las Cimas, brilla, contempla los horizontes iluminados, asciende a los cielos, penetra por las vías más sutiles en el dominio de la Inmortalidad.

La misma enfermedad es un desequilibrio, una desarmonía, una anormalidad que proviene a menudo de una causa espiritual (el psicosomatismo es actualmente bien conocido); el cuerpo físico es influido por el psiquismo. De todas maneras, por algo hay que considerar nuestro modo de vivir contra la naturaleza, no solamente en el sentido de una mala adaptación a la pulsación cósmica psíquicamente hablando, sino aun en la manera de alimentarnos. El régimen carnívoro, la cocción y sobre todo la grandísima cocción de nuestros alimentos, el desequilibrio de los elementos, las conservas, los excitantes, el sedentarismo, todo ello influye maléficamente en nuestro organismo. Sería preciso variar indefinidamente las fuentes, las clases, las cualidades y el origen de los alimentos. Deberemos regresar a una alimentación más natural: frutos silvestres crudos, legumbres crudas, frutos silvestres oleaginosos de los grandes árboles, algas marinas (hemos hablado ya de esa posibilidad entrevista por la ciencia y confirmada por descubrimientos recientes que permitirán al hombre futuro nutrirse y fortificarse gracias al consumo de algas). Mucho mejor, podríamos ir aún más lejos en esas consideraciones, previendo que el alimento podría encontrarse no el reino animal, ni siquiera en el reino vegetal, sino en el reino mineral.

Nada de eso sería imposible y entonces el Hombre habría regresado verdaderamente a su estado PURO, observando la ley fundamental de no cometer crímenes para alimentarse. Es un hecho bien conocido que los enemigos del vegetarianismo oponen siempre a quienes se alimentan de frutas y legumbres, el que esos productos son tan vivientes como los animales y que nutrirse según el régimen vegetariano o vegetalista (que se abstiene de los subproductos de los animales), es un crimen tan grande como comer carne.

Por supuesto, los adeptos del naturismo responden que es preferible “matar” una ensalada, una coliflor o una zanahoria que llevar al matadero a un buey, un carnero o un puerco. Es cierto que más vale “cortar” la evolución a los productos del reino vegetal (dispuestos a convertirse en animal) que suprimir la posible elevación del animal al estadio humano, pero sería aún más correcto tomar la alimentación del reino más bajo, es decir de los minerales, hasta que podamos nutrirnos con la ayuda de los elementos.

Esa idea de una alimentación con los elementos ha sido objeto de investigaciones por parte de los Iniciados. Sin embargo, si ha sido probado ya que el ser humano puede mantenerse un lapso de tiempo bastante grande gracias a la absorción del Agua y a la asimilación total del Aire, es difícil todavía ver en qué condiciones y con cuánta duración podría mantenerse así la Vida humana. En lo concerniente a los otros dos elementos (Tierra y Fuego), ninguna experiencia concluyente ha podido ser establecida.




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Vemos ahora que la Magia no es una simple creencia un poco supersticiosa, como muchos parecen pretenderlo. Aún la baja brujería, como lo hemos visto igualmente, pide ya conocimientos variados. Con mayor razón entonces cuando se trata de este Arte Sagrado Superior comprendido en su verdadero sentido de “magisterio”.

Los medios, tanto como los fines, son numerosos y se trata muy a menudo de transponer las fórmulas, los símbolos, etc., sobre el plano del cual se quieren estudiar las aplicaciones. El sabio matemático A. J .H. Vincent, ha escrito páginas interesantes sobre las notaciones instrumentales de la música griega, las cuales son idénticas a los caracteres del alfabeto cabbalístico (llamado “celeste”); es eso lo que ha permitido penetrar en el terreno de la Teosofía del sistema literal, musical, planetario, etc...

Regresemos a ese método de los Ancianos (la Arqueometría) tan bien puesto a la luz en nuestra época moderna por el instrumento de St. Ives de Alveydre (el arqueómetro) cuyos elementos hemos citado tan a menudo. La Arqueometría (que no se debe confundir, sobre todo con la arqueología) es esa Ciencia Antigua de medida que se extiende sobre todos los aspectos del saber humano. Medidas de sonidos, de colores, formas, etc. El método permite establecer las relaciones entre los planetas, los órganos humanos, las notas de la música, etc., etc. Es una Ciencia indispensable para abordar la Magia.

Desde ya se constata la suma de documentación necesaria para comprender los primeros elementos de esa ciencia demasiado desconocida y juzgada por los ignorantes. Los magistas (que no hay que confundir con los “magicianos” y otros artistas de teatro, ilusionistas, prestidigitadores, etc.), es decir aquellos que se ocupan de la Magia, con el ritual, las ceremonias, las operaciones, etc., son ante todo hombres de ciencia que tratan con los elementos físicos y químicos, pero en un orden que se puede calificar de supra-normal (y no por ello “sobrenatural” en el sentido de la palabra empleado corrientemente).

El físico Eteilla había establecido en París en julio de 1795, una Escuela de Magia donde profesaba oficialmente sus cursos, pero él debía tratar con alumnos que por su parte eran ya espíritus muy avanzados y hombres con razonamiento científico. Por su lado, Schroeder (apodado a veces el Cagliostro de Alemania) tenía ya en 1779 una Escuela de Magia igualmente, establecida en una Logia de Strasburgo ( fue el fundador de la “Rosa-Cruz rectificada”).

La verdadera Magia ha sido siempre reconocida por los hombres llamados bien-pensantes, por seres preparados para los Altos Estudios, por personas de gran saber. Jean Fernal, para no citar más que a uno, era católico y, como Ambrosio Paré o Cotta, admitía no solamente la brujería, sino también la Magia. Se le puede calificar de Gabien moderno: matemático, astrónomo, filósofo, médico, escritor de rara distinción , reconocía la Magia como una Ciencia de Maestría. El no tuvo igual en Medicina en todo el siglo XVI y es el primer autor de un tratado especializado en “patología”.

Los magistas o aun los “Magos” (Altos Iniciados, de una perfecta maestría en todas las prácticas) no han sido hombres de ciencia reconocidos, pero han dado pruebas de un Saber muy extenso que los doctos sabios no dudaban en consultar.

Por supuesto, son numerosos aquellos cuyo nombre no se encuentra en las Facultades oficiales o en las grandes Universidades, con una mención especial como benefactores de la humanidad, pero no es menos cierto que ellos han contribuido grandemente al avance del genio humano.

El mejor conocido es sin duda Eliphas Levi (Abad Luis-Constante) con su “Dogma y Ritual de la Alta Magia”. Entre las obras más vulgarizadas se encuentra también el “Tratado de Magia”, de Papus (Dr. Encausse), Maestro del ocultismo, ese médico francés, sin embargo, ha fundado también obras de beneficencia para los enfermos y víctimas de la guerra ( muerto él mismo a continuación de la gran tormenta de 1914). Supremo Dignatario del Rito de Menfis y Misraim, renovó en 1888 el “Martinismo (tenía entonces 20 años). Pero el gran representante de la Escuela Ocultista francesa, en su departamento de Magia, es sin duda alguna Stanislas de Guaita, autor de numerosas obras muy esotéricas: “La Serpiente del Génesis”, “En el Umbral del Templo”, “Satán”, etc. desgraciadamente su familia se opuso a la reedición de sus libros después de su muerte, a la edad de 36 años.

En fin, son muy numerosos aquellos que han cooperado para ampliar la visión sobre esa gran búsqueda de la Verdad, pero no podemos nombrar a todos aquí.



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Si orientamos nuestro pensamiento un instante hacia aquello que es la Ciencia de hoy, haciendo abstracción de todas las ideas preconcebidas, no podemos dejar de verla como una verdadera “Magia”...

En efecto, los trabajos de los antiguos eran tan “mágicos” para los profanos de esos tiempos como lo son los descubrimientos de los que se hace mención desde hace algunos años y que permanecen sin embargo misteriosos, a pesar de todas las explicaciones detalladas con el refuerzo de artículos de gran difusión en la prensa internacional.

Es imposible mencionar aquí a todos los sabios que han participado, de una manera u otra, en el avance de la Ciencia moderna.

Jean Perrin, merece sin embargo ser nombrado. Joven agregado de la Escuela Normal de París, descubrió en 1895 el electrón y ese fue el inicio de la ciencia orientada hacia la física nuclear. Más tarde Becquerel, en 1896, descubrió la radioactividad en su experimento con la sal de uranio. En fin, Pierre y María Curie en 1898, después el señor y la señora Joliot-Curie en 1934, etc. ¡¿No es eso una verdadera Magia... moderna?!

Jaime Chadwick demuestra por primera vez en 1932 la existencia del “neutrón”… y, Enrico Fermi obtiene una transmutación nueva en 1938, sirviéndose de los “neutrones lentos” para bombardear núcleos de uranio. Ese experimento dio el impulso en Francia, en Inglaterra y en Dinamarca para establecer que la acción de un neutrón sobre un núcleo de uranio provocaba su rompimiento en dos fragmentos de masa, proyectadas a velocidades enormes en sentido inverso la una de la otra con una inmensa energía (la fisión nuclear).

Se puede considerar que hemos entrado en la Edad “atómica” el 16 de Julio de 1945, a las 5 horas y 30 minutos de la mañana, durante la explosión de la primera bomba atómica en el Estado de Nuevo México en los Estados Unidos (a 60 Km. de Alamogordo y a 200 Km. de Albuquerque, para quienes quieran establecer el tema astrológico para ese lugar y hora, a fin de encontrar las huellas planetarias cuyas influencias han permitido tales realizaciones. Algunos sabios estaban reunidos para asistir a esa gigantesca experiencia de utilizar la energía encerrada en los átomos (esto con una cantidad de uranio 235).

La significación griega de “átomos” (que no se puede dividir) se convierte en caduca en nuestra época de progreso. La materia es considerada como un conjunto de energías condensadas y el átomo es reconocido actualmente como estando constituido por un núcleo de “neutrones” sin carga y de “protones” positivos, alrededor del cual gravitan los “electrones” negativos. El átomo es pues “neutro”, por compensación entre la electricidad positiva de su núcleo y la carga negativa de sus electrones satélites. Se contaban 92 tipos de átomos, pero se ha podido agregar algunos (neptunio, plutonio, etc.) y al presente nada indica que la lista sea completa.

A pesar de sus conocimientos sobre las cuestiones de los átomos, los Antiguos fueron siempre bastante Sabios como para no buscar una aplicación que aunque podía hacerse con el sentido de un beneficio para el género humano, no implicaba menos peligro en vista de las consecuencias de esas emanaciones. Algunos tratados de Oriente hacen mención de la composición de los cuerpos, de la desintegración posible de esas partículas, etc. Por otra parte, nada prueba que los Iniciados de la prehistoria no hayan usado esos conocimientos (las catástrofes de hace millares de años podrían tener como causa experiencias semejantes a aquellas que están en curso actualmente).

Acabamos de decirlo, existían 92 elementos naturales3 pero cuatro nuevos fueron creados por el hombre (neptunium, plutonium, americium, curium) y otros ocho fueron inmediatamente encarados como teóricamente posibles de crear. Así, nada deja suponer una detención de esas creaciones y se pueden imaginar fácilmente en nuestros días las consecuencias que podría tener la liberación de esas energías. Por tanto, lo repetimos: nada impide creer que magistas de civilizaciones hoy desaparecidas hayan intentado justamente experiencias semejantes, por otro lado, quizás con otros métodos.

Esos conocimientos olvidados, sin duda, hace 10 o 15.000 años, reaparecieron hace 2.500 años con el filósofo griego Demócrito, quien declaró que el Universo estaba hecho de dos cosas: el Espacio y los Átomos. Se pretende a veces que la doctrina atómica pertenecería más bien a Leucippus, pero Posidonius dice que la hipótesis de los átomos es de un sidonio llamado Mechus quién vivió más de mil años antes de Demócrito.

A continuación es el romano Lucrecio quien, en su poema “Sobre la naturaleza de las cosas “, da la gran lección según la cual todo aquello que se nos aparece como denso y sólido, está en realidad constituido por partículas enganchadas entre sí… Las cosas que son líquidas y más fluidas, consisten en elementos dulces y redondos… Durante 1.500 años la teoría atómica quedó donde Lucrecio la había dejado y es gracias a los Alquimistas del siglo XVI que se continuaron las investigaciones en ese sentido. Rama misteriosa de la Ciencia, la Alquimia estaba entonces muy avanzada y su meta principal era el descubrimiento de un elíxir capaz de conservar eternamente joven al ser humano. Se trataba entonces ya de una experiencia de utilización de la energía nuclear para el bienestar de la humanidad.4

Isaac Newton, con su Ley Universal de gravitación, eclipsó un poco las teorías que exponía en 1661 Robert Boyle (en “The Skeptical Chymist”) introduciendo los átomos en la química, pero Newton anunciaba ya uno de los grandes acontecimientos científicos en su libro sobre óptica al exponer la pregunta: “Las pequeñas partículas de los cuerpos ¿no son Poderes, Virtudes, Fuerzas, por las cuales ellas pueden ejercer acciones a distancia... unas sobre otras para producir una gran parte el Fenómeno de la Naturaleza? Las atracciones de gravedad, magnetismo y electricidad llegan a distancias sensiblemente grandes... y pueden haber otras que llegan a distancias tan pequeñas que por eso mismo escapan a la observación”.

En 1780, el francés Lavoisier estableció una lista de 50 elementos e hizo mediciones muy interesantes de las cantidades incluidas en sus combinaciones químicas. En fin, en 1802 John Dalton demostró que, según la manera en que se combinan los elementos, deben estar hechos de partículas ínfimas, pero nada estaba probado todavía en el siglo XVIII, sino solamente que el átomo “bien podría quizás existir”. Faraday explicó en 1833 que los átomos transportaban una especie de carga eléctrica, pero esto no era suficiente para transformar el conjunto de la idea científica y no fue sino en la segunda mitad del siglo XIX que algo se volvió verdaderamente aparente en una nueva forma, gracias a Mendeleief. Es él quien arregló los elementos en series, según sus pesos atómicos, con lo cual podría tener base un orden progresivo. La continuidad de la serie fue dividida en segmentos, cada uno comenzando con un elemento químico similar y esa fue la famosa Tabla de Mendeleief (de la cual él no conocía en aquella época más que 73 elementos). Las predicciones de este sabio se confirmaron casi todas exactamente, a excepción de dos series anormales de relaciones muy próximas con los elementos de las tierras raras (elementos 57 a 71) y los elementos transuránicos (del 93 al 96) que confundían un poco la perfecta regularidad.

No podemos continuar detallando todo el proceso y los nombres de todos aquellos que han aportado su Saber en ese dominio. Contentémonos con citar a Avogrado, Ampere, Gay-Lussac, que sirvieron ciertamente de trampolín a la ciencia atómica en el siglo pasado, la cual se orientó definitivamente en la ruta actual de los conocimientos gracias al francés Perrin y a los otros sabios mencionados más arriba.

En fin, los átomos se asemejan enormemente al universo, en pequeño, con un núcleo central (como un sol), alrededor del cual evolucionan los electrones (semejantes a los planetas). Esa similitud del microcosmo con el macrocosmo no puede pues dejar indiferente a la Magia. Recordémoslo una vez más: los Magos y aún los magistas, no son adeptos de una religión o una creencia cualquiera, sino que son hombres de ciencia en la idea de una Ciencia completa, un Saber total aplicable a la física, la química, la biología, la psicología, etc.

La Era de la energía nuclear ve poco a poco a los estudiantes alejarse de la Magia, a fuerza de especializaciones, ya que en efecto, es cada vez más difícil de abordar el terreno de esos Altos Estudios de la Sublime Ciencia debido al hecho de su campo demasiado extenso de conocimientos indispensables, mientras cada uno se acantona en un radio limitado del Saber. Sin embargo es un hecho que un método de síntesis permite a los Iniciados asimilar en un tiempo relativamente corto una enorme suma de documentación. Ese fue en todos los tiempos el trabajo de los Colegios Iniciáticos y de las Escuelas Esotéricas. Inútil es decir que semejantes Instituciones se guardan bien de buscar aplicaciones científicas con una meta destructiva y, al contrario, conservan precisamente sus enseñanzas a fin de que los ambiciosos no puedan servirse de ellas para intereses creados o ventajas personales. De ahí, esos secretos celosamente guardados solo para los discípulos que han probado su sabiduría y que no utilizan su maestría (magia) más que con el único fin de venir en ayuda de la Humanidad. Esperamos que nuestra Edad de radioactividad vea triunfar el Bien.

Pero ¿qué es la radioactividad? Es la facultad de ciertos cuerpos que al desintegrarse átomo por átomo, emiten un rayo independiente de la luz natural. La radiación radioactiva proviene de los rayos “gamma” (emisión de vibración luminosa), de partículas “alpha” (llamadas también “helions” o núcleo de helium), y de partículas “beta”. Son las partículas “alpha” (positivas) producto de la desintegración espontánea, las que forman el cuerpo radioactivo. Las partículas “beta” constituidas por electrones son masas casi nulas. Se llama “período” al tiempo que tarda un cuerpo radioactivo en perder la mitad de sus átomos. Este en efecto usa un gran número de radiaciones que emite sin cesar. Así, el “período” del radium es de 1.590 años, ya que eclosionando a razón de 36 billones de átomos por segundo, necesita 1.590 años para perder solamente la mitad de sus átomos. El “período” del thorium es de 13 billones de años, del uranium 4.560 años, el período del polonium es de 140 días, del radón 3 días y 9 horas, etc... Es la pérdida de una partícula “alpha” de un cuerpo radioactivo la que forma el paso de un cuerpo a otro (transmutación). Nos encontramos a más de 200 radio-elementos desde el descubrimiento del fenómeno de radioactividad artificial por el Sr. y la Sra. Joliot-Curie en enero de 1934.

Nos encontramos a más de doscientos radioelementos desde el fenómeno de la radioactividad artificial descubierto en enero de 1934 por el señor y la señora Joliot-Curie.

No es necesario insistir sobre las consecuencias que pueden tener sobre el género humano todas las experiencias atómicas... Se comprenderá fácilmente que la “liberación” excesiva de esas fuerzas radioactivas ataca a todos los reinos de la Vida sobre nuestro planeta y que es justo el momento de recurrir a la Prudencia de todos los hombres de ciencia...

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Es tentadora la idea de colocar aquí un subtítulo en cabeza de capítulo, así como lo hemos hecho ya en otra ocasión (en nuestro libro “Misticismo en el siglo XX”),

Ese título sería: “TA-KHAZE”

Fórmula de llamada a los Iniciados (“Ven y Ve...”) como lo fue en el Apocalipsis (versión original, Cap. VI, vers. 14).

En efecto, no se trata de recurrir solamente a la Prudencia de los sabios, sino aún a la ciencia de los Sabios, a esa Prudencia que los caracteriza y además, para seguir en el sentido que nos hemos trazado: continuar esos estudios a los cuales convidamos a todos los discípulos de la Verdad.

Vamos pues a retomar el análisis de la Magia práctica, pero como este no es un “tratado”, reenviamos a los alumnos poco preparados a las obras elementales que dan las fórmulas corrientes, la fabricación de los utensilios, la composición detallada de los atributos, etc... para, rápidamente, no pasar revista sino a algunos elementos y es por ello que, ante todo, recordemos aún: “Ta-Khazé”.

Es una “llave”, un “signo de agrupación”, “una palabra de pase” en cierta forma, pero ese símbolo esconde ya grandes revelaciones.

La fórmula no es más que una “Introducción”, es decir que ella reclama otras explicaciones (que, justamente, no son generalmente dadas) y lejos de ser una palabra que rompe los obstáculos del esoterismo (como ciertas palabras de pase de sociedades secretas) no hace función más que de presentación entre “aquellos que saben”...

Ella presenta a un personaje para situarlo inmediatamente en el dominio iniciático. Es, en suma, la carta de visita y colocada al inicio de un escrito ella advierte que aquello que sigue está compuesto por un Maestro hablando a sus alumnos y esto con “escondites”, “rejas”, “llaves” en fin, que sirven a una enseñanza esotérica.

Se comprenderá pues inmediatamente que no se trata de una conjuración o de una palabra sagrada, como un mantram por ejemplo. En estos dos últimos se trata de la fuerza del Verbo, de la magia del sonido en cierta manera. Los “mantras” son encantamientos, plegarias, palabras salmodiadas de una cierta forma, después de una larga práctica, para dirigir los efectos en el sentido deseado. Se trata de una vibración excepcional más que de la misma palabra. La conjuración es también un poco eso, en ella las palabras tienen su importancia, pero aún mal pronunciadas desde el punto de vista gramatical, deben ser dirigidas sobre todo por una entonación especial y una voluntad acompañando a la fórmula

La conjuración es una fórmula de Magia para obtener un acto bien definido. Según el modo ceremonial se conjuran los Espíritus Superiores, los Genios, los Ángeles, los Arcángeles, etc... a fin de obtener la meta buscada. La conjuración se hace siguiendo un ritual tradicional conocido por los magistas, el sistema operatorio es diferente según la proveniencia del dogma: las Tradiciones hebraicas, islámicas, hindúes, tibetanas, etc... La conjuración es una operación corriente de la magia práctica. En efecto, es una oración especial, un sortilegio donde el poder del verbo juega su papel como en el mantram oriental. Un ejemplo de conjuración para atraer el amor de una persona sobre otra: “Per Deum vivum, per Deum Sanctum” (yo te conjuro “tal” de parte del Todo-Poderoso para ir a encontrar a una “tal” y que poseas su corazón y su espíritu a fin de que ella no pueda amar más que a él”.

Como lo hemos dicho ya, la Magia ha sido tenida durante el curso de los siglos por las religiones que le han dado, naturalmente, fórmulas, oraciones, etc. Es muy justo entonces encontrar en el Occidente una Magia enteramente coloreada de latín y hebreo provenientes del Judeo-Cristianismo occidental. Sería erróneo, sin embargo, creer que la Magia ha nacido de esa cultura, ya que las mismas bases se encuentran en la Magia del Tíbet, la Magia de la India o en la Magia de los Negros de África, con fórmulas y ceremonias que se acercan cada vez a los ritos usuales en esas poblaciones.

Al mismo título, no se puede hablar de una astrología caldea, sino que son los Asirios quienes han conservado y enseguida difundido esa ciencia. Sin embargo, aquí sería preciso hacer una nota para quienes ignoran que los “Caldeos” eran los Sabios (Prudentes) de Asiria, de la casta letrada y sabia. Los Caldeos son los eruditos asirios que fundaron la principal Academia en Babilonia, Borsippe, Sippara y Orchoé. Estaban divididos en cuatro clases bajo la dirección de un Jefe Supremo. La significación exacta de Chashdain o Chaldain es “Viejos” o “Eminentes”, o mejor aún, “aquellos que conocen la naturaleza de las cosas”, de ahí igualmente el nombre de “Caldeos” dado a los Astrólogos que eran en el origen: los “Sabios” en general. En efecto, los verdaderos astrólogos, como se los comprendía antaño, son aquellos que tienen conocimiento de todos los grandes problemas, siendo la Astrología la ciencia del Macrocosmo y del Microcosmo; antiguamente (y aún hoy para los Iniciados) Ciencia de Síntesis, dio a continuación nacimiento a los diferentes dominios científicos: astronomía, química, física, etc... Sus estudios englobaban las matemáticas, las filosofías, la ciencia natural, y es de la Astrología que ha nacido inclusive el arte médico.

La Caldea no era, hablando apropiadamente, un país, sino una región en la cual florecían los Caldeos, los Prudentes, los Ancianos del Conocimiento, los Iniciados del Gran Saber.

No hablaremos más de los símbolos que caracterizan las Grandes Eras, al presente sabemos demasiado que las Épocas de dos mil años más o menos, son consecuencia de un fenómeno astronómico denominado “precesión equinoccial” que hace colocar al Sol aparentemente en una nueva constelación en cada gran período de 2.160 años (por retrogradación de un grado sobre la eclíptica, cada 72 años).

Estamos pues en la Era Acuarius, la Edad nueva caracterizada por el Uranium, mientras que el planeta Uranus simboliza justamente nuestra Era por su domicilio en el signo del Acuario. En esa constelación Aquarius (el Acuario) está en el zodíaco el “Hijo del Hombre” en el mismo sentido en que fue anunciado en la profecía sobre la llegada del Cristo-Rey (Mateo XXIV-30; Marco XIII-26; Juan XV-26, XVI-8,13, etc.)

Esta Era del Acuario que acaba de abrirse, continúa a la Era de los Peces que estuvo caracterizada por la llegada de Jesús el Nazareno quien empleaba todos los símbolos relacionados con los peces, los pescadores... Antes de ésta, reinaba la Era del Carnero con el sacrificio de la oveja, etc. desde la época de Moisés que prohibió a los Judíos adorar al becerro de Oro. Durante los dos mil años anteriores, en la Era del Toro, se había visto por todas partes el símbolo de este animal.

Los Egipcios consagraban el Buey Apis al Sol y a la Luna, aunque era más especialmente el símbolo del Ojo de la Noche (la Luna), a causa de sus cuernos que forman una creciente y también por su color (negro y blanco) que caracterizaba bien al astro de la noche que siempre tiene una parte plena y otra tenebrosa. La marca blanca, sobre el cuerpo del animal negro, era en forma de creciente y había sido concebido, se decía, por el rayo... Ese toro llevaba sobre la lengua un escarabajo (consagrado al Sol) que simboliza la inteligencia iniciática. El Buey era el animal más útil para el hombre que lo veneraba tanto como a la vaca en la India, sagrada en ese mismo sentido, pero en realidad es sobre todo la efigie como símbolo esotérico lo que contaba. Dicho de otra manera, no se hacía ningún daño a ese animal en particular, en vista de su utilidad y su ayuda preciosa para el hombre, pero es sobre todo en el emblema que es preciso buscar las razones profundas de la devoción que se le acuerda.

El Buey Apis (particularmente festejado en Bubaste, lugar de una Escuela de Misterios muy célebre) era mantenido durante 4 años: se le ubicaba en el Templo de Vulcano y a continuación era ahogado en la fuente de los Sacerdotes. Solo que ese método deja sobreentender muchas cosas: los 4 años muy simbólicos en el esoterismo, Vulcano es el nombre dado al Horno de los Filósofos, lo cual deja suponer que se hace alusión, una vez más, a la Alquimia. Se habría podido quemarlo, pero era ahogado, lo cual hace intervenir al elemento “Agua” (su nutrición en el Templo es muy bien el elemento sólido, la “tierra” y el nombre Vulcano es el elemento “fuego”); en fin, los Sacerdotes recogían el Espíritu (elemento “Aire”) que se despejaba enseguida de las aguas de la Fuente.

-Acaso no dice Jesús a Nicodemo: “yo te digo, si un hombre no nace de agua y de Espíritu”... (Juan III-5).

Más adelante agrega aún (versículos 6 y 7): “Aquello que ha nacido de la carne es carne y aquello que ha nacido del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de lo que te digo: es preciso que nazcáis de nuevo”.

La carne esta hecha ante todo de “tierra” y de “fuego”, es decir de sustancia y de calor; el agua y el espíritu son los elementos tradicionales “Agua” y “Aire”. -Si analizamos ahora ese “es preciso que nazcáis de nuevo”, comprenderemos que esa “transmutación” está ya caracterizada por el emblema de la Esfinge de Egipto que emerge del fango hecho de agua y de tierra, en pleno desierto quemante y se eleva en el aire. Con su cuerpo de toro, sus patas y la cola de león, su cabeza de hombre y sus alas de águila, representa muy bien los 4 signos fijos del Zodíaco: Toro-León-Escorpión (a transmutar en Águila) y Acuario (el Hombre).

Es pues a través de la evolución zodiacal que se va a hacer la transmutación y en particular sobre las 4 grandes palabras: Saber – Querer - Osar - Callarse que se relacionan precisamente con los 4 signos fijos de la astrología tradicional.







Signo

Elemento


SABER

ACUARIO

Aire

Raza blanca (Aria)


Peces

Agua



Carnero

Fuego






QUERER

TORO

Tierra

Raza negra


Gemelos

Aire



Cáncer

Agua






OSAR

LEON

Fuego

Raza roja (y semítica)


Virgen

Tierra



Balanza

Aire






CALLARSE

ESCORPION

Agua

Raza amarilla


Centauro

Fuego



Capricornio

Tierra



Ese “Cuaternario” se destaca por todas partes y puede encontrar sus diversas aplicaciones en los dominios más variados.

Son las 4 ramas de la cruz coincidiendo con los 4 Evangelistas cristianos, tanto como con las 4 castas de la India o los 4 géneros de escritura, etc... (todos esos son problemas sobre los cuales hemos insistido suficientemente).



El Acuario (el Hombre) es SER gracias a la Inteligencia

El León es VENCER por la Lucha.

El Toro es CREAR con la ayuda del Trabajo.

El Águila (signo doble del Escorpión) es REGIR con la Psicología.

Notemos todavía que la Iglesia católica ha conservado un buen número de símbolos y aún de atributos de la Iniciación Tradicional. Así, además de las 4 crucecitas en cada rincón del Altar, la Misa ha preservado todos los elementos de la Magia. Los 4 elementos están perfectamente caracterizados: con la ayuda de reliquias (osamentas sólidas en la cavidad central del altar) simbolizando la “tierra”, las fumigaciones del incienso para simbolizar el “Aire”, los cirios caracterizando el “Fuego” y el elemento líquido que juega un gran papel.

A ese respecto debo citar de nuevo el diario “El Voto” y al Canónigo Costamagna, por un artículo titulado “Propósitos del agua bendita” en el cual se puede leer: “No hay ninguna duda de que muchos cristianos, aun practicantes, ignoran la significación de muchos de los gestos litúrgicos que les son tan familiares. Cuando entramos en una Iglesia, casi maquinalmente, dirigimos nuestros dedos hacia la pila de agua bendita. Ahora bien, en el fondo de nuestro corazón ¿qué representa esa primera purificación a la misma puerta del templo? El agua bendita es agua mezclada con sal que, cada domingo, el sacerdote bendice en la sacristía. Ella es diversamente utilizada, primeramente para la aspersión a los fieles con el fin de recordarles la pureza de conciencia que deben tener, después en numerosas bendiciones: las del pan, la de las cenizas, de los ramos, de las tumbas, de los niños, de los moribundos y de los difuntos. Esa agua bendita es una imitación (siempre es el diario católico quien cita) del agua lustral de los hebreos, obtenida por mezcla de agua viva con las cenizas de ternera y de cedro...”

Más adelante el artículo estipula aún: “Todos esos detalles subrayan el valor simbólico del agua, cuya naturaleza ha sido siempre, en el curso de los tiempos, significadora de purificación no solamente del cuerpo, sino también del alma. La Iglesia ha tenido en cuenta pues esas prácticas ancestrales, utilizándolas como símbolos para evocar los efectos salvadores que la Gracia produce en las almas. Ella permanece así en la tradición del Antiguo Testamento. Un poco mágica entre los paganos, la purificación por el agua ha sido elevada al rango de gesto legal entre los Judíos, para revestir en fin, por la Iglesia, sus verdaderos caracteres religiosos, produciendo su influencia santificadora en todas las circunstancias de la vida de un cristiano.”

En Magia ceremonial, el agua juega también un gran papel y ciertos ocultistas preconizan el pasearse temprano en la mañana, en el bosque o en la campiña y recoger el rocío depositado sobre el césped, la hierba, el musgo, etc... Para eso se ata una esponja nueva a una cuerda que se arrastra detrás de sí, pronunciando naturalmente las fórmulas para tal acto. Pero numerosos magistas se contentan con tomar el agua corriente de la lluvia sobre la cual pronuncian las fórmulas de consagración de ese elemento.

Regresemos una vez más a nuestro “Cuaternario” con el fin de decir una palabra sobre los 4 elementos de la Magia práctica.

El FUEGO está generalmente simbolizado por un triángulo con la punta en alto: el AIRE por el mismo triángulo pero atravesado por una línea horizontal; el AGUA por un triángulo con la punta hacia abajo, y la TIERRA por un triángulo con la punta igualmente dirigida hacia abajo y atravesada por una barra horizontal. Lo cual hace colocar los 4 elementos sobre el altar con el Fuego (lámpara o cirio), arriba a la derecha; el Aire (incensario o quema perfumes), arriba a la izquierda; el Agua (cáliz o bola de cristal), abajo a la izquierda y la Tierra (relicario o libro sagrado) abajo a la derecha.

Se sabe que el empleo de un número par de luces (llama natural de lámparas o velas) equivale a una operación material (pedido de ventajas, ceremonia para la obtención de un poder, de un beneficio en el plano terrestre, etc.) mientras que un número impar corresponde a una ceremonia con un fin espiritual (de un orden elevado, o un ofrecimiento bienhechor para los otros).

Así, en las operaciones de Alta Teurgia, el elemento FUEGO no está representando más que una sola vez sobre la mesa-altar (como también cada uno de los otros elementos).

Para el elemento FUEGO a veces los mismos magistas fabrican sus cirios con cera virgen, consagrada especialmente para el empleo en sus operaciones, pero también se hace uso de una lamparita en la cual se quema una mecha empapada en aceite.

El elemento AIRE pide una observación muy estricta: mientras que la Iglesia católica se contenta con la fumigación del incienso, la Magia recomienda un perfume especial para cada día de la semana y algunas mezclas bien definidas para ciertas operaciones. Así, el incienso corresponde al Sol, es decir al domingo; existen dos clases: el macho proveniente de la India y el incienso llamado “hembra” que viene de África. El macho es semi- transparente y la hembra amarillenta y en grano. La mirra corresponde a las operaciones lunares que están caracterizadas sobre todo por el lunes, es una sustancia amarga y resinosa proveniente de Arabia y Abisinia. El galbanum, que caracteriza las ceremonias influidas por Marte (planeta que simboliza el martes) es una goma-resina de una umbelífera de Persia y se presenta en lágrimas de color rojizo oscuro de un fuerte olor. El Benjuí de Sumatra, de olor fino, corresponde a Mercurio y es pues del miércoles. El Benjuí de Siám, a Júpiter y por ello al jueves, es menos colorado que el primero y más fino (se encuentra también el Styrax, benjuí de las Indias Occidentales). El Sándalo, corresponde a Venus (es pues para el viernes), es una planta de la India, existe el rojo desprovisto de olor pero es mejor el blanco; también se utiliza el sándalo-madera pulverizado al que se hará absorber la esencia de sándalo. En fin, el storax para el Sábado, día de Saturno, aquel en lágrimas es mejor que aquel en pan y proviene del storax oficinal “líquidambar oriental” de Siria.

El elemento TIERRA está representado en Magia ceremonial por el relicario que puede ser: Libro de ritual, objetos sagrados, mandala, yentram o toda otra “base” como la Biblia, las Obras Santas, etc. tanto como un poco de tierra santa, o limaduras de plomo que sirven de receptáculo al contra-choque, o un talismán compuesto especialmente según las operaciones en curso.

Hemos visto ya la explicación en lo que concierne al elemento AGUA que a veces es reemplazado por una luna (un espejo) a aún una bola de cristal que hace el oficio simbólico del líquido purificador al mismo tiempo que intermediario de “videncia”.

Otros accesorios entran también en línea de cuenta como las piedras preciosas, cuyas indicaciones son ya mencionadas en la Biblia (como en el Exodo, que cita el Pectoral con sus 4 filas de gemas, 4 veces 3, son las 12 Tribus de Israel, y del cual el Apocalipsis cita los detalles con la “muralla” de la Nueva Jerusalén.)5

Están todavía los colores que la Iglesia primitiva respetaba pero que la liturgia católica moderna parece haber olvidado. El oro y el amarillo, símbolos del Sol que corresponden al domingo; el blanco, color de la luna, simboliza el lunes; el color rojo de Marte, planeta del martes; el violeta, color de Mercurio para el miércoles; el azul para Júpiter, astro del Jueves; el verde, color de Venus simbolizando al viernes y el negro, color de Saturno, caracterizando el sábado.

Pero, regresemos a nuestro “Cuaternario” y su simbolismo gráfico. Hemos visto ya que el Fuego y el Aire están caracterizados por triángulos con la punta hacia lo alto como emblema de los elementos que “suben”, ascienden, evolucionan, mientras que el Agua y la Tierra tienen como símbolos a los triángulos con la punta hacia abajo, como elementos que “descienden”, involucionan.... Además, se les representa aun por una letra.

El AGUA (es lammim cabalísticamente) simbolizada en Alquimia por la letra “O”; el FUEGO (Nour), caracterizado por la letra “A”; el AIRE (Rouah, que es también el Espíritu en hebreo) simbolizado por la letra “R”, y en fin, la TIERRA (labescheh), por la letra “T”. Se notará inmediatamente que las iniciales de esas 4 palabras (Iammim-Nour-Rouah-Iabescheh) forman el Tetragrama crístico “I-N-R-I” lo cual dice mucho sobre el célebre axioma hermético “Igne Natura Renovatur Integra” (Por el fuego, la Naturaleza se renueva) ese llamado grandioso a la Transmutación indispensable para confirmar la Realización de esa Lección dada en algunas palabras iniciáticas: “Es preciso que nazcáis de nuevo”. Es entonces por el dominio sobre los elementos (Magia) que la operación de la GRAN OBRA va a realizarse.

Sabemos ya que Macrocosmo y Microcosmo son idénticos, el pequeño Universo es la reproducción del Gran Cosmos... (Dios hizo el Hombre ¡“a su imagen”!...)

La Atmósfera (elemento AIRE) es el oxígeno que tenemos en los pulmones; los Océanos, los ríos (elemento AGUA) son nuestra sangre, nuestra orina y todo el fluido acuoso en el cual se bañan nuestros ojos, nuestro cerebro, etc... La temperatura es el elemento ígneo, es aún el fuego de los volcanes que está representado en el organismo por el calor mantenido en él, tanto como por ese “fuego” espiritual de la Fe, la energía, la fuerza vital que sirve para transmutar. Los planetas (elemento TIERRA) están simbolizados en nuestro cuerpo por la osamenta y todas las partes sólidas del organismo humano. Las sales minerales se identifican bien con los metales principales, ellos mismos en relación directa con los planetas (oro = sol; plata = luna, etc.) y con nuestras glándulas endocrinas que, como lo hemos estudiado, son los receptáculos de las vibraciones planetarias, además cada astro corresponde exactamente a un plexo particular.

Así, el trabajo de perfeccionamiento comienza por la identificación del Hombre con la Naturaleza: el equilibrio a establecer correctamente entre el Cuerpo y el Cosmos. 25.920 respiraciones en una jornada como los 25.920 años que tarda una estrella para completar su ronda alrededor del Zodíaco; 72 pulsaciones del corazón en un minuto como los 72 años que tomará el Sol para recorrer un grado en su aparente movimiento de retrogradación sobre la eclíptica, etc.

He ahí pues la significación exacta de “YUG”, aquel método de identificación, el Si-Individual religándose al Si-Universal, o, como dicen los Yoghis, la fusión del “Jivatma” en el “Paramatma”. Toda la Ciencia Yoga reside en esa identificación del Hombre con Dios.

En fin, el método, el medio, la manera, nos es dado aún por nuestro “Cuaternario”. Retomemos pues nuestras 4 letras que simbolizan los 4 elementos: la TIERRA es la “T”; el AGUA es la “O”; el AIRE es la “R”; y el FUEGO es la “A”, hemos dicho.

Henos aquí frente a una palabra que encierra toda una enseñanza: TORA. La Torah, el libro Sagrado de la Tradición hebraica, no es solamente la base sobre la cual ha sido establecida la Biblia cristiana, sino que aún está construida sobre un conjunto esotérico que sirve de “Clave” a todas las iniciaciones.

Analicemos ahora esas 4 letras, ya que se pueden hacer evolucionar en rotación directa o en sentido retrógrado, para obtener cada vez otras palabras con valores importantes para las meditaciones y que en conjunto formarán una frase que puede servir de emblema a los investigadores.

En el sentido directo, empujando cada vez una letra, tenemos:


TORA:

la ley de la Evolución

ORAT:

es el lenguaje, el Verbo (del Latín “oratio”

RATO:

es la Realización (del Latín “ratus”, quien se realiza)

ATOR:

divinidad iniciática egipcia (el horno alquímico, Athor



Lo cual da: “El Verbo se realiza por la Ley de Athor”, dicho de otra manera: el Logos se manifiesta por la Transmutación Alquímica (Cristo en sí) (la CRIST-alización del SER).

En el sentido retrógrado operamos de la misma manera, con las mismas letras:


ROTA:

es la Rueda del Devenir

OTRA:

es “escuchar” (del griego “otarion”, pequeña oreja)

TARO:

es la Suerte y sus 22 arcanos (las Láminas Mayores del Tarot)

AROT:

es Trabajar (del griego “aratos”, labor, trabajo)


Lo que da: “Vigila atentamente la Rueda del Destino y Trabaja”. Es la meditación y la paciencia, es aún la Astrología (rueda zodiacal), la Lección de la Tradición recibida en el Silencio (“akoustikoi” era el primer grado en las Escuelas de los Misterios de Grecia: 3 años de estudios sin derecho a pronunciar una sola palabra, sino a “escuchar”). La base de todo el monumento iniciático está construida con las 22 letras de los Alfabetos Sagrados, todo el Esoterismo reposa sobre los 22 Arcanos Mayores, ya citados en el Salmo 119 de la Biblia (el único que posee 22 capítulos numerados por una letra del alfabeto hebreo en cada párrafo), esas bases son las “llaves” que se encuentran por todas partes como en este 22do libreto de estos “Propósitos Psicológicos”.

Notaremos rápidamente que esas 4 letras que acabamos de examinar, están así dispuestas en un conjunto que se presenta cada vez como un “cuadrado mágico” en el que, vertical u horizontalmente, se pueden leer repetidas las mismas palabras.

Llegamos pues, naturalmente, a hablar de esos “Cuadrados” muy empleados en Magia práctica.

El “Cuadrado mágico” es una tabla de números que sumados de ciertas maneras dan un mismo resultado. Así, por ejemplo, el cuadrado de nueve cajas da un total de quince, tanto horizontal como verticalmente.


1

6

8

5

7

3

9

2

4

Esas nueve primeras cifras dispuestas de esta manera forman un cuadrado mágico simple. Cuando el cuadrado mágico puede descomponerse en otros cuadrados mágicos diversos, es llamado “hipermágico” y entre ellos se encuentra entonces el “cuadrado diabólico”.

Los “cuadrados diabólicos” son aquellos en los que a pesar del cambio de una fila por una columna continúan siendo “mágicos”. Al cuadrado de diez y seis cajas, por ejemplo, se le llama “cuadrado diabólico”, pues la constante 34 es obtenida no solamente sumando los números de una misma columna, o de una misma fila, o de una diagonal, sino aún sumando los números de un cuadrado tomado en el interior del mismo gran Cuadrado.


4

5

16

9

14

11

2

7

1

8

13

12

15

10

3

6



Por ejemplo: 4+5+11+14 = 34,

O aun en el sentido diagonal interrumpido, como: 1+11+16+6 = 34.

O entonces tomando el cuadrado exterior como: 4+9+15+6 = 34, etc.

Hay para este Cuadrado de las diez y seis primeras cifras 86 maneras diferentes de obtener le mismo resultado... Es, aún, un problema dado frecuentemente en los Colegios Iniciáticos para elucidar cuestiones esotéricas en relación con transposiciones de textos sagrados, búsqueda de “llaves” para comprender los tratados ocultos, etc... Recordemos la importancia de las operaciones de guametría. En Qabbalah se llama “guametría” a la transposición de las letras de una palabra en valor numeral para despejar así el verdadero valor de la misma palabra. Ese trabajo se basa sobre todo en los valores esotéricos de las letras de un alfabeto (y no en los números de orden de las letras).

Veremos ahora la aplicación directa de esos cuadrados mágicos en sus “llaves” transpuestas para las necesidades de las operaciones prácticas en Magia, con la ayuda de talismanes, pántaclos, símbolos de direcciones, atributos emblemáticos, etc. Recordemos que es imposible en esta corta exposición, que no es más que una ayuda-memoria, reproducir el conjunto de datos y toda la documentación necesaria que se encuentra fácilmente en las obras de gran vulgarización, pero sobre todo en los textos clásicos que tratan de la magia ceremonial, con el uso de objetos, su confección, su modo de empleo, etc...

Se sabe también que las operaciones deben hacerse a ciertas horas y bajo ciertos aspectos planetarios. Así, recordemos que es usual tomar la primera hora, así como la octava, como pertenecientes al planeta que corresponde al día. No es, naturalmente, una coincidencia que el Lunes sea el día de la Luna, Martes el día de Marte, Miércoles el día de Mercurio, etc. ya que si bien esos nombres se corresponden etimológicamente en latín, los pueblos anglosajones lo aplicaron igualmente con dioses de otros nombres de la mitología nórdica: De “Tinv”, dios de la guerra, se ha hecho “Tuesday”, (martes relacionado con el Marte guerrero). “Woden”, dios del Saber, corresponde a “Wednesday” (miércoles, es Mercurio, la inteligencia), De “Thor”, dios del trueno, proviene “Thursday” (jueves en inglés, es Júpiter, el Zeus del Olimpo), “Frigga”, la diosa de la belleza, ha dado a los ingleses el “Friday” (viernes, Venus), etc... etc...

Las doce horas tienen pues equivalentes, como sigue:


SOL:

Yain como Genio, Miguel (o Michael) como Angel.

VENUS:

lamer como Genio, Anael como Angel.

MERCURIO:

Nasuia como Genio, Rafael como Angel

LUNA:

Salla, Angel Gabriel.

SATURNO:

Sadedali, Cassiel.

JÚPITER :

Thamus, Sachiel (o Zadkiel).

MARTE :

Ourer, Samuel.

SOL :

Thanir, Arael.

VENUS :

Neron, Cambiel (Saffir).

MERCURIO:

Jaya, Uriel.

LUNA:

GENIO Abai, Azael.

SATURNO:

Natalon, Zambael.


También hay que considerar las horas con el orden de velocidad de los planetas (domificación del subastral a cada momento).

En Italia medieval el día comenzaba en el crepúsculo y entre los judíos, con la aparición de las estrellas.

Michael Scott, en su obra “Liber Introductorius”, dice que hay 24 horas iguales sin mirar la extensión del día en relación con la noche. Cornelius Agrippa pretende que hay 12 horas de día y 12 horas de la noche.

En los “Tattvas” hindúes hay un cambio cada 24 minutos y cada 2 horas comienza un nuevo ciclo. El inglés Sepharial cuenta a partir del mediodía. Papus daba 12 horas medidas desde el alba hasta el crepúsculo, así mismo para la noche variando la extensión de las horas según las estaciones. El Dr. Bischon indica de las 18 horas (6 h. de la noche) a las 6 horas de la mañana, 12 horas de la noche, y de 6 h. a 18 h., las doce horas del día. En el “Almanaque Astrológico” español, se lee: “a contar desde la salida del Sol, 12 horas de día y 12 horas de noche” (pero una vez tomadas en cuenta las variaciones según las estaciones). Los Aztecas contaban 9 horas de noche y 13 horas de día.

Para regresar a nuestra idea de “Cuadrados Mágicos” digamos que éstos son ante todo la manifestación detallada de los 4 elementos en los cuales, por ese mismo hecho, están insertados. Esto nos reconduce a ver de nuevo los símbolos filosóficos de esas fuerzas de la Naturaleza (Agua – Fuego – Aire – Tierra) que es preciso comprender siempre, sobre todo, más allá de su cualidad líquida, ígnea, gaseosa o sólida, y se debe trasladarlos según el tema a equivalencias fáciles de concebir para aquellos que meditan un poco.

El Cristo es la Luz que proyecta el Fuego divino, el Espíritu Santo, y se dice en la Sabiduría (XVI – 17) que “Lo que parecía más maravilloso era ver ese Fuego avivarse en el agua, que todo lo apaga… “ (quod enim mirabile erat in aqua quae omnia extinguit plus ignis valebat); ese es aún el enunciado del misterio del Génesis: el Espíritu reposando sobre las Aguas y a su contacto avivándose y produciéndose el Cristo. Es eso lo que el Rabino Raschi había comprendido muy bien cuando sostenía que los Cielos “Shamaim”, sobre los cuales reposaba el Rouah Elohim, estaban compuestos de “Shin-Aleph”, Ignis, el Fuego, el Espíritu y de “Mem-Yod-Samech”, las Aguas.

Los Alquimistas enseñaban que para obtener la Piedra Filosofal, es preciso procurarse la “Hylé” del mundo, el Látex primitivo de las cosas que el Verbo ha llevado en su seno. Uno puede convencerse releyendo por ejemplo a Espagnet, al Cosmopolita y sobre todo a Kunrath, ya que ellos estaban en la Verdad católica (universal), puesto que la piedra era el Cristo. “Petra erat Christus” dice San Pablo.

El mismo Verbo de Dios que está encarnado según la Humanidad, está encarnado también según la Universalidad, él ha tomado la carne misma del Mundo mayor en la matriz de la Única Pasividad, él se ha convertido en la Gran Obra, en el Único necesario y he ahí por qué poseer la PIEDRA, es poseer el Universo, puesto que es poseer el Cristo, y aquel que ha podido alcanzarlo por las 7 Vías de la Perfección, es rico de todas las riquezas, feliz de toda dicha...

Regresemos de nuevo a nuestros cuadros que, digámoslo una vez más, no son un trabajo de facilitación sino simplemente de recuerdos sin explicaciones, una ayuda-memoria pues, para aquellos que ya están al corriente de los “Arcanos”. Se encontrarán los signos criptográmicos, los emblemas cabalísticos, las relaciones alquímicas, la simbología de los Genios, Fuerzas, Espíritus, etc... los números, las letras, características, valores, etc..... todo eso entre los pántaclos, talismanes, fórmulas, etc.... Se trata aquí de dar algunos elementos, a título de ejemplo, sobre el material necesario para comenzar operaciones, pero no el modo completo que pediría demasiado lugar para ser expuesto.

Comenzando por el Sol, tendremos inmediatamente en la memoria: el domingo, el signo zodiacal del León, y todas las analogías en relación con las formas, sonidos, colores, perfumes, horas, aspectos, direcciones, etc... que deberán ser aplicadas según la ceremonia u operaciones encaradas.

CONJURACION DEL DOMINGO

Yo, quiero conjurar, Ángeles de Dios, poderosos y santos, a nombre de Adonay, Eye, Eye, Eye, que es aquel que es, que ha sido y que será, Eye Abiaye y a nombre de Saday, Cados, Cados, Cados, que está sentado sobre los Querubines y por el gran nombre de ese mismo Dios, poderoso y fuerte, exaltado más arriba de todos los Cielos, Eye, Saraye, el maestro de los siglos que ha creado la Tierra y el Cielo, el Mar y el Universo, todas las cosas que fueron al primer día que lo selló con su Nombre sagrado Phaa. Yo os conjuro también, por los nombres de los santos Ángeles, que comandan a la cuarta legión y que sirven en presencia del muy poderoso e ilustre Salamia: por el nombre del Dios viviente y por todos los nombres que han sido aquí proferidos, yo os conjuro, Santo Angel Miguel, vos que presidís el día domingo por el nombre adorable de Adonay, Dios de Israel, que ha creado el Universo, me acordéis el efecto de todos mis pedidos, según mi voto y mi deseo sea en ( ) sea en ( ) y generalmente en todas las cosas que me serán útiles y necesarias. Particularmente el desligamiento del mundo carnal de la sensación, la liberación de la sed de los deseos terrestres.



ו

לב

ג

לד

לה

א

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3

34

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1

O

BL

G

DL

EL

A

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יא

כז

כח

ח

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L

יט

יד

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כד

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DI

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כא

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יג

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ט

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9

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לו

ה

לג

ד

ב

לא

36

5

33

4

2

31

OL

E

GL

D

B

AL











Domingo:

Michael – Dardiel - Huratapel




Angeles del Aire:

Varcan, Rex




Sus Ministros:

Thus – Andas - Cynabal




Viento:

Bóreas





Angeles cuarto Cielo:

Oriente:

Samuel


Occidente:

Amael


Norte:

Aiel


Sur:

Habudiel




Primavera (o Talvi):

Abrayn





Verano (o Gasmaran):

Athemai





Otono (o Ardareal):

Abragini










Perfumes: Sándalo rojo, azafrán, heliotropo, laurel, ámbar amarillo, tornasol, francesilla (polygonum aviculare), muérdago, lavanda, naranjo.

Es el metal precioso quien domina aquí, el ORO, pero en el sentido de âr (luz) en Egipto, el OUR de los Persas, el “Iéhi aour” del tercer versículo de la Biblia (que la Luz sea), el “Lumen de Lumine” de San Juan.

En el Aur-Mazda de los Persas, al final de los nombres asirios, ASSOUR es “Vaw-Resh” en el cual el punto de carácter se encontraba arriba del Vaw 6 haciendo la vocal brillante representada por “ô” (como en el “om” tibetano convertido en: “Aum”). Ese término asirio se convierte en “Vau-Resh” con el punto de carácter al interior del Vaw, haciendo una vocal oscura (encerrada). Así pues fue a partir de ese momento que el signo del Esplendor fue extinguido y Abraham apareció para iniciar el mundo, llevando los misterios indecibles de su nación prevaricadora.

Se cita el Oriente como cuna de las civilizaciones ya que por una evolución natural la luz del Sol nos viene del Este. OR-iente significa levantarse de luz y es así que la Iglesia Católica designa aun al Cristo en una de sus antífonas de Adviento: “ô Oriens, esplendor lucis aeternae et sol justitiae” o como lo había pronunciado el profeta Malaquías (IV-2): “et orietur vobis timentibus nomen meum sol justiti”: y se revelará a vos que teméis “mi nombre, sol de justicia”. -Shenou shemesh Tsedakah como dice el hebreo, (Cap.III-20). Se reconoce en el “shemesh” hebraico el “Samas” caldeo que ilumina al mundo - H-OR-US, simbolización de Dios esencia suprema, por el Sol, su atributo visible, y que la Iglesia católica ha conservado desde los primeros tiempos del cristianismo tornando el coro hacia el Oriente y dando, en el medioevo, forma solar a las mostrancias que sirven de extensión eucarística del cuerpo de Cristo, corolario y explicación de las enseñanzas de Pitágoras: “contra solem ne loquaris”.

Es pues aquí que toma toda su significación el “Lumen de Lumine”, el “fiat lux”, el Fuego del signo del León, etc.


F

E

L

Ibertad

Iat

Ux

Uego

Eón




Leo (sánscrito), el quinto signo del Zodiaco, es el “domicilio” fijo del Sol, aunque naturalmente en astrología tradicional no se cuenta ese signo más que durante el tiempo en que lo recorre el Sol en su movimiento aparente cada año, entre el 23 de Julio y el 22 de Agosto (variando por otra parte un día o dos cada año). Los Coptos contaban del 25 de Julio al 24 de Agosto. (Mesori, la divinididad protectora: Har-m-akhouti). Hay que grabar los talismanes con los nombres del Espíritu: Vershel (o Varchiel) (en oro puro y cuando la luna está en el signo de los Peces, combate la inflamación de los ojos, las quemaduras, etc. Es naturalmente la característica de la tribu de Juda (San Judas), pero aún es preciso tener en cuenta otras analogías o atribuciones: Abu (caldeo), Mourdad (persas modernos), Djomada (árabe), Dystros (sirio-macedonio), Schebot (siríaco), Garmapada (persas bajo los Aqueménides). Para los Genios (buenos o malos) se relaciona con Sagham, Seratiel, Ameretat (genio antiguo). Es Dios protector: Allat (la dama con la varita mágica), Dhedhegar (en acadio), el Fuego haciendo fuego, etc…

CONJURACION DEL LUNES

Yo os conjuro, Ángeles muy buenos y poderosos, por la fuerza y virtud de los nombres Adonay, Adonay, Adonay, Eye, Eye, Eye, Cados, Cados, Cados, Achim, Achim, Achim, la, la, la, que apareció sobre la montaña del Sinaí con toda su gloria soberana, Adonai, Say, Zabaoth, Amathay, Ya, Ya, Ya, Marinata, Abim, leia, que ha creado al segundo día los mares, los ríos y todas las aguas, aquellas que se encuentran aún debajo de los Cielos y sobre la tierra, que ha sellado el mar con su muy alto Nombre, y le ha puesto límites que ella no puede sobrepasar. Yo os conjuro, Ángeles fuertes y buenos por los nombres de aquellos que comandan a la primera Legión, que sirven al grande y honrado Orphaniel, por el nombre del astro que es la Luna y por todos los nombres aquí arriba pronunciados. Yo os conjuro, Gabriel, vos que presidís al segundo día consagrado a la luna, a fin de que vengáis en mi socorro y que cumpláis todas mis voluntades.



לז

עח

כט

ע

כא

סב

יג

מה

ה

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29

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ל

עא

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סג

יד

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מז

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יו

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ח

מ

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יז

מט

ט

מא

עג

לג

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כה

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33

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כו

נח

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נ

א

מב

עד

לד

סו

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1

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ס

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יב

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ד

מה

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4

45
















Lunes:

Gabriel, Samuel, Miguel









Angeles del aire:

Archan Rex














Sus ministros:

Bilet-Mistabu-Abuzaba










Viento:

Céfiro











Angel del 1er. Cielo:

Oriente:

Gabriel, Madiel, Deamiel, Jamael.


Occidente:

Sachiel, Zaniel, Habaiel, Bachamiel, Corabiel.


Norte:

Mael, Virael, Valmum, Baliel, Balay, Husmastram


Mediodía:

Curaniel, Dabriel, Darquiel, Hanum, Anael, Vituel.


Recordar aquí algunos valores:


9

=

Hed

81

=

Elim

369

=

Hamodal

3321

=

Sched, Barschemoh, Schaitacham

2321

=

Malchabetarsisim, Hed, Bemah, Schenhakim


Gabriel es el conductor de José, Josué y Daniel.

La Luna es naturalmente Selene, es aún Isis y después la Virgen María.

María, Maris-Stella = las Aguas, la profundidad de las aguas o las aguas primordiales (Ea en caldeo). Hay que relacionarla con Isis = la anciana. Diana con la creciente.

María: las aguas, los mares, natura naturante, sobre los cuales planeaba el Ruah-Elohim (potamom te pegai) = las aguas virginales y fecundas.

LUNUS es el Dios Andrógino de los Fenicios.

En Marruecos, en la noche del Achoura, la fiesta de los muertos, la amante sombría coloca un plato de tierra lleno de agua sobre una tumba recientemente abierta, después, a fin de obtener ”el agua de la Luna”, dirige una extraña plegaria al astro: “Oh! Luna, tú que subes del agua amarga del mar, tú que vistes al mundo con tus rayos, envíame, Oh! Luna, tres demonios judíos, tres demonios cristianos, tres larvas provenientes de los mataderos y que ellos me traigan al maldito cuya madre ellos conocen, aún si él se encuentra en Bagdad!..”.

He aquí un fragmento del Benou-el-Haj-Kibir, que sería necesario pronunciar evidentemente en marroquí:

Yo te conjuro, Oh! Poderosa Plena-Luna, Espíritu Lunar, por los 7 soles y sus bolsarios, Yo te pido por Alá, el ser Único que te ha creado, que te ha hecho cuerpo celeste, que te ha revestido de Luz equilibrada, que te ha dado la Superioridad y te ha hecho reinar sobre los otros planetas. Yo te conjuro, Oh! Béder, Oh! Plena Luna, Oh! Luz...acoge mi pedido Oh! Demekel, en el nombre de ALA el Universal, el Supremo y el Omnipotente, el Generoso que acoge toda plegaria, el Próximo de quienquiera que se dirija a El… Pronto. Pronto…Las Tablas en las cuales se inscribe la manifestación formal del Espíritu Santo. Sobre la hora… Toda obediencia es debida a Ala y a su Mensajero. Que tu manifiestes y hagas salir… de ese Tesoro, de esa operación mía. Por cuenta de Jebreil, el Ángel nombrado para los Astros, para los Reinos Celestes y para la Tierra, en el Nombre de aquello que lleva como Fuerzas misteriosas, el Sello de Salomón, el Hijo de David desligado de la Luz viviente del Trono del Todo-Poderoso y del Todo-Clemente…”

En fin, la luna debe ser asimilada también a todas las otras entidades como Alibat entre los árabes, es aún Mylitta, Tamit y Astarté, Aster-Théa = diosa astro o Luna de los misterios cartaginenses. También se la puede asimilar a Pschat (con los dos cuernos) y sobre todo a Neith, la generadora de Amón-Râ.

La Plena-Luna es Raka, Anumati y sobre todo “Soma” el Dios-Viviente que se convierte en una Diosa. Así como el término sánscrito ”Chandra” que es “Luz”, y en ese sentido fue aplicado tanto al Astro Rey, el Sol, como a la Reina de los Planetas, la Luna (Es la Luz completa en tanto que Ojo del Día u Ojo de la Noche, pero ante todo como “Luz Espiritual”, “ Prana” del Rayo, en cierta forma).

La Nueva-Luna es Kuhu en védico. Sinivali = el 1er día, Neoménia.

Meditemos también sobre las derivaciones: Is, Isi, Isis, Isa y en fin Isaac, el ojo de la Luna, en cierta manera el sol de occidente (el sol se “levanta” al este y se “acuesta” al Oeste mientras aparece la Luna). Isa-ak = acostando, muerto….Y aún sobre Sem7, signo de la duración relativa, que no es el nombre del hijo de Noé más que en el sentido de “Aquel que ha sido elevado”, así como Noah simboliza “el reposo de la naturaleza”. En ese plano, la Luna se convierte en “sem” = “sem-élée”, (Sem-alada) o aún en “sim-ilis”, o sea aproximadamente semejante al Sol cuando ella está en su plena (Plena-Luna). Dicho de otra manera, cuando está a su nivel, en su mes (“mas” o “mens” = espíritu) y en su mesa (“masa” o “mensa”). Las Tablas de Moisés (o Mosa). Latinizado así, diríamos pues que “mas” es a “mensa” (la mesa latina) como “mas” es a “mens”, el mes o mejor el Espíritu de la Luna.

La Astrología tradicional ha colocado el domicilio fijo de la Luna en el signo de Cáncer, pero naturalmente ella regresa cada 28 días y no se le sitúa en residencia en esa porción del zodíaco más que para simbolizar su influencia mayor.

Se llama signo de Cáncer a la parte característica de la eclíptica que recibe al sol en su movimiento aparente (visión geocéntrica) cada año entre el 22 de junio y el 22 de Julio, variando con los años según el fenómeno de precesión de los equinoccios. Para los Coptos, el período se extiende entre el 25 de Junio y el 25 de Julio. Es Epiphi y la divinidad protectora es Apet.

Los talismanes son grabados en plata, con el espíritu Muriel (se suspenden el lunes a la hora de la luna menguante). Aquí tendremos la Tribu de Zabulón (San Simón Canamita), pero es preciso tomar en consideración aún las otras atribuciones y similaridades como: Belit (caldea), Koulino (sánscrito), Magh (hindú), Douzu (asirio), Tammuz (judío), Tir (persas modernos). Es el nombre antiguo del genio Tistrya, Adukamis (entre los persas bajo los Aqueménidas). Para los genios (buenos o malos) Rahdar, Phakiel … y naturalmente toda la continuación de las otras concordancias.


CONJURACION DEL MARTES

Yo os conjuro, Angeles fuertes y santos, por los nombres sagrados de: Ya, Ya, Ya, Hé, Hé, Hé, Va, Va, Va, An, An, An, Aie, Aie, Aie, Ely, Ay, Elibra, Eloim, y por los otros nombres de ese Dios muy alto que ha hecho aparecer el agua árida y la ha llamado Tierra, que producía sobre la superficie de ésta los árboles y las hierbas y que ha sellado de su santo, precioso y temible Nombre, por los nombres de los Angeles que comandan a la quinta Legión, que sirven al poderoso Acimoy, por el nombre del astro que es Marte y yo os conjuro, oh Samael, vos que presidís al Martes, por todos los nombres aquí pronunciados, por aquel de Adonay Dios viviente y verdadero, a venir en mi socorro y cumplir todos mis deseos.


Martes:

Samuel, Satael, Amabel









Angeles del aire:

Sama – Rex














Sus ministros:

Carma – Ismoli – Paffran










Viento:

Sur-oeste











Angel del Quinto Cielo:

Oriente:

Friagné – Guael – Damael – Calzas – Aragón


Occidente:

Lama – Artagna – Lobquin – Soncas – Isael – Irel


Norte:

Bahumel – Hyniel – Hayel – Seraphiel – Mathiel – Fraciel


Mediodía:

Sacriel – Janiel – Gardel – Vianuel – Zabiel





Acordarse siempre de los otros valores y correspondencias:


65

=

A(1); D(4); N(50); Y(10) es ADNY, contracción cabalística de ADONAY

5

=

letra del Santo-Nombre de “Yod-Hé-Vaw-Hé” en su glifo simplificado de “Hé”

25

=

Zel

Perfumes: Ruda, euforbio, tabaco, ornoglosa, ajo, pimienta, mostaza, pimiento, áloes.

Se tendrá en cuenta también a plantas como la ortiga, el helecho, la verónica, la genciana y la naba (Se está de acuerdo en que también están bajo esa influencia: la peonia, la anémona, el lúpulo, el ruibarbo, la retama, la fuschia, el gladiolo, el eléboro, el brezo).

En las operaciones de ese aspecto no se usa la varilla sino solamente el estilete o la espada. (Recordemos aún como ayuda memoria: el rubí, el coral, y la amatista). El trabajo mágico está colocado bajo la protección de Elohim Gibor (Deus robustus puniens culpas improborum).

Nemuration Geburah (poder, fuerza, gravedad) castigando a través de las desolaciones y las guerras. Se le adapta al tribunal de Dios, a la cintura, a la espada y se le llama también Pechad (temor) él influye por el orden de los Poderes (o aquel que los Hebreos llaman Seraphim) y de ahí, en seguida, por la esfera de Marte a quien pertenece la fuerza, él envía la guerra, las aflicciones y cambia de lugar los elementos.



יא

כד

ז

כ

ג

11

24

7

20

3

ד

יב

כה

ח

יו

4

12

25

8

16

יז

ה

יג

כא

ט

17

5

13

21

9

י

יח

א

יד

כב

10

18

1

14

22

כג

ו

יט

ב

יה

23

6

19

2

15











Inteligencia: Camael

Gobernador: de Samson.

Aunque el “domicilio” astrológico del planeta Marte sea colocado en el signo del Cordero, se ha estado siempre de acuerdo en reconocerle un poder superior en su segunda residencia (el signo del Escorpión), pero con el descubrimiento en 1930 (por Lowell) del nuevo planeta Plutón, se domicilió a éste en Escorpión, habiendo reconocido en Plutón a la octava superior de Marte.

Por otra parte se sabe que el signo Escorpión es efectivamente la representación simbólica de dos constelaciones, lo cual da testimonio de aquella característica del “Escorpión-Águila” en todos los emblemas.
Asimismo se podría simbolizar por Marte los bajos efectos de la primera parte del signo de Escorpión, es decir, en cierta forma dejar esta parte como domicilio de Marte, mientras que la segunda, más apta para influir las cosas elevadas, como domicilio de Plutón que ofrece sus aspectos en los dominios superiores (Plutón es la verdadera insignia de la Transmutación, su grafismo de un circulito superpuesto por una barra de la cual brotan como dos alas, caracteriza muy bien el “Fuego” Interno que se escapa al asalto de las altas Cimas Iniciáticas).

Se tiene la costumbre de contar esa porción zodiacal como englobando desde el 22 de Octubre hasta el 21 de Noviembre, pero los Aztecas la descomponían del 20 de Octubre al 8 de Noviembre (Quecholli) y entonces el signo siguiente (Panquetzaliztli) del 9 al 29 de Noviembre, lo cual sería más válido astronómicamente. El calendario Kakchiquel indica del 19 de Octubre al 7 de Noviembre (para “Cakan”) y del 8 al 27 de Noviembre (para “Ibota”). Los Mayas cuentan del 25 de Octubre al 14 de Noviembre (Xul) y del 14 de Noviembre al 3 de Diciembre (Yaxkin).

En fin, entre los hebreos corresponde a la Tribu de Gad (adaptabilidad, memoria). Es simbólicamente el Apóstol Santiago (hijo de Zebedeo) que significa “volición espiritual”. Notemos aún que para los judíos es Marshesvân; es Kourpyakhayah en sánscrito. Los coptos tendrán Athyr con la divinidad protectora: Hat-Hor. Los Persas modernos: Abân, el antiguo genio: Apanim-napât. En Asirio: Arah-schamn (la estrella Akrabu, es el Escorpión); es el Acadio: Apin Gaba (abriendo la fundación), el babilónico: Nab. Los Árabes (desde el Islamismo): Scha’bân; siríaco: Iyor, el sirio-macedonio: Daisios, en Quichua: Hukra-Honky, (alacrán), etc, etc.


*

* *

No podemos continuar esta enumeración para cada día de la semana, o para cada planeta. Sin embargo, daremos aún algunas explicaciones insistiendo en el hecho de que es preciso conocer todas las cosas que se relacionan con un signo cuando se quiere intentar una operación mágica. No se trata de saber solamente el paso de un planeta favorable para tal o cual práctica, sino aun todo aquello que pueda ligarse al simbolismo y hasta a los hechos en relación con la influencia planetaria y todas sus analogías. En efecto, es preciso tener pues listas en la memoria todas las cosas que acabamos de mencionar brevemente y aun de una manera muy incompleta, mientras que para darse a la magia práctica se precisará una documentación completa, trabajando sobre las bases de las ideas que venimos exponiendo.

Se sabrá, por ejemplo, que la Luna en los últimos grados del signo del Toro es más propicia para la salud, los estudios y los favores. Es también cuando la Luna está bajo ese signo que es bueno cortarse los cabellos para fortificarlos. Es bueno saber ya que el signo del Toro es favorable para todas las cosas que deben durar largamente, como para las propiedades inmobiliarias, los vestidos (escoger ese momento para ese género de compras). Un cambio de régimen está bajo un buen aspecto cuando se emprende en la época en que el sol pasa por esa parte de la eclíptica que rinde el alimento reconstituyente.

Como Genio Protector, el Toro alado con figura humana fue representado en varias culturas antiguas: Sed, Alap, Hiroub o Kirubo. En acadio es Gud-Sidi (el toro propicio). Como Dios protector se ha conocido a Ea ( señor de la Humanidad). Entre los Sirio – Macedonios: Apellaios, entre los Árabes es Cafar.

Evocando el nombre de “toro” únicamente, no se puede impedir el asimilarlo a otros términos como Thor (el Dios escandinavo), Théraphim, existe aún Torah (la santa escritura), Tarot (las 22 Láminas Mayores del Juego Iniciático antiguo) y toda la continuación de nombres provenientes de la rotación del axioma cuaternario: Ator, Rota, Orat, etc…

Recordemos que la Diosa Isis llevaba a guisa de peinado un emblema que se asemejaba extrañamente a una cabeza de toro (al menos en lo alto de la frente con los dos cuernos).

En la Biblia (Ezequiel: 1 – 7) se da la descripción de los querubines, con pies sin articulaciones y pezuñas parecidas a las del toro.

El calendario copto coloca el signo del Toro entre el 26 de Abril y el 26 de Mayo (Pakhoms), la divinidad protectora es Khonsou.

El Toro esta igualmente en relación con el “pranava” hindú, que es el equivalente de “AUM”. El está también en correspondencia con todos los dioses solares “primeros nacidos”.

El glifo del signo zodiacal del Toro es aproximadamente el mismo símbolo que la letra griega “alpha” minúscula, la primera del alfabeto y esa es la razón por la que ciertos pueblos tenían la costumbre de llamarla primera constelación (el primer nacido, el primogénito). La letra“Alpha”, que significa principios, doctrina, estaba representada ordinariamente por el símbolo-emblema que era el glifo del toro en los alfabetos8 samaritanos, hasmoneo, palmiriano, así como en las filacterias y tefilim semíticos.

El “Toro” es la fuerza procreadora: el Logos

Hay que tener igualmente en la memoria: Artemis, Shiva con el toro blanco, Nandi, Apis (Hapi-Ankh) que es el viviente OSIRIS encarnado en el toro blanco como la leche; es aún el toro negro Mnevis, hijo de Ptah, consagrado al Dios Ra en Heliópolis. Intérprete de la voz divina Appis y también Pacis de Hermonthis. Se encuentran igualmente: Io, la muchacha con cuernos de vaca, las “Bacantes” de Eurípides, y Dio-nysos que está visto por Penthers bajo la figura de un toro. Toros eran sacrificados a Apolo. “Agni” es aún el Toro que lleva al cielo y la tierra. El fuego sagrado es a menudo calificado de “Maestro - de – las – Vacas”; las vacas son la leche, el agua y el Sôma que proceden del nubarrón, pues las nubes eran comparables a vacas.

El Toro levanta la Luna (Porfirio)… y se sabe que el glifo de ese signo zodiacal es un sol sobremontado por un creciente de Luna.

Bajo la conquista Romana, durante el reino de Tiberio, se elevó con la Cité (París), en la plaza de la Iglesia de Nuestra-Señora, un altar magistral cuyos restos se pueden ver aún en las Termas de Julio, sobre uno de esos fragmentos se encuentra el “Taurus Trigaramus”, el toro místico de los Druidas y de los Caldeos, el mismo que dobló la rodilla en el establo de Belén (Apis y el Minotauro son siempre el toro, animal sagrado de los Brahmanes).

Es Tavouri (en sánscrito), Mrisshira (hindú), Iyar (hebreo), Airu (asirio), Thuravahara (Persas bajo los Aquémenidas), Ardibihescht (Persas modernos); el signo del Toro corresponde a la Tribu judía de Isachar y a San Andrés.

Mientras que los talismanes presentan a menudo inscripciones en latín, los pántaclos son generalmente a base de letras hebraicas; en cuanto a los pátaclos-talismánicos9, tienen, además de las indicaciones en símbolos criptográmicos, notas en griego y marcas cifradas por lo cual es sin duda útil decir una palabra.

Tomemos como ejemplo el que está dedicado al Toro y que debe confeccionarse bajo el genio Asmodel. En lo concerniente a las indicaciones de los símbolos, el operador estará ya al corriente de esos criptogramas indispensables y en cuanto a las anotaciones se puede referir fácilmente al griego corriente aprendido en el Colegio. Digamos al pasar que el trabajo debe ser ejecutado con el Sol en el primer grado del signo del Toro y suspendido cuando la Luna se encuentre a 10 grados de ese signo. Ahora vayamos a los ejemplos de símbolos alquímicos que son inscritos: “j” querría decir una parte, “B” una semi-parte, “b” una libra, “i j” es equivalencia de la primera parte. Así, en nuestro ejemplo, se encontrará la indicación: Cu : 3 j ; Fe : 3 B ; Sn : 3 j ; Au: 3 i j.10

No queda más que recordar las referencias empleadas corrientemente para indicar los metales: Oro (Au), Plata (Ag), Hierro (Fe), Azogue (Hg), Estaño (Sn), Cobre (Cu), Plomo (Pb). Pueden agregarse todavía: el Cloro (Cl), el Zinc (Zn), etc, pero nos quedaremos con nuestros 7 metales principales que, como se sabe, se relacionan cada uno con un planeta y además tienen los mismos símbolos gráficos. Así, el Hierro (referencia: Fe), se inscribe con el mismo símbolo que el planeta Marte, el cobre (Cu) como Venus, se representa a la Plata (Ag) de la misma manera que se indica la Luna, el estaño (Sn) con el signo de Júpiter, el Oro (Au) está simbolizado por un Sol, el Azogue (Hg) por el grafismo del planeta Mercurio y el Plomo (Pb) por el de Saturno.

Recordemos que los cuadrados mágicos pueden estar confeccionados justamente sobre el metal en relación con el planeta dominante según la fecha de nacimiento y servir así de “talismán”. En varias ocasiones hemos dado ya otros detalles a ese respecto (en nuestra obra “El Libro Negro de la Franc-Masonería” damos inclusive la relación de los cuadrados mágicos cifrados con los cuadrados mágicos de la música). En fin, tenemos el cuadrado mágico de Saturno con 9 cajas sumando 15; el de Júpiter con 16 cajas sumando siempre 34 en todas las direcciones; el de Marte, de 25 cajas que suman 65; el cuadrado mágico del Sol, de 36 cajas, sumando 111; el cuadrado de Venus, con 49 cajas, suma 175; el de Mercurio, con 64 cajas suma 260 y aquel de la Luna, con 81 cajas, suma 369, siempre adicionando horizontalmente las cifras de las 9 cajas, así como vertical y aún diagonalmente según una disposición para ese efecto.

Ahora debemos mencionar una teoría (a la cual hemos hecho ya referencia en otro lado, en nuestra obra “Yoguismo”) que caracteriza muy bien el trabajo de Magia práctica con su meta de unificación Macrocosmo-Microcosmo, de la misma manera que ese “magisterio” de Identificación: Yoga.

No hablaremos del peso atómico en uso a menudo en física: desde 1.0 para el hidrógeno, 4.0 para el helio, 6,9 para el litio, hasta 238,1 para el uranio, 237 para el neptunio, 239 para el plutonio, 241 para el americio, 242 para el Curio.

Si tomamos por un lado el número de electrones en el átomo de cada uno de los 7 metales tradicionales y por otra parte el cuadrado de los diez primeros números más uno, tendremos un total idéntico que probará bien la CORRIENTE similar que recorre el conjunto de nuestro Universo y que es la base de las teorías llamadas mágicas.

Así, estableciendo la secuencia de los elementos en una Tabla, tenemos en primer lugar el hidrógeno que es el elemento más simple, con un electrón en su átomo; el helio con 2, etc… pasando por el aluminio que tiene 13, el silicio 14, el fósforo 15, etc… hasta el uranio con 92, el neptunio con 93, etc…

En ese orden de ideas establecemos un cuadro para nuestros 7 metales principales que corresponden a los 7 planetas del cortejo astrológico tradicional.

Hierro = 26, Cobre = 29, Plata = 47, Estaño = 50, Oro = 79, Azogue =80 y Plomo = 82, dando así un total de 393 (aleación igual al electro).

Ahora hagamos la suma de nuestro segundo cuadro, omitiendo la cifra UNO que no es un número:



22 + 1

=

5

(Aspiración al Conocimiento)

32 + 1

=

10

(Revelación según el número de Hermes)

42 + 1

=

17

(valor del Cloro, es el sol negro)

52 + 1

=

26

(el Hierro)

62 + 1

=

37

(el soplo cósmico)

72 + 1

=

50

(el Estaño)

82 + 1

=

65

(82-17 = Cloruro de Plomo)

92 + 1

=

82

(el Plomo)

102 + 1

=

101

(valor de la Escala de Jacob)

Total


393



No insistiremos más sobre esta simbología impresionante.

Antes de terminar ¿qué decir sobre este capítulo de la Magia?

No podemos insistir más sobre todas las analogías y aún en las más simples concordancias como por ejemplo 4 atributos indispensables en las operaciones ceremoniales: la espada, la varilla, el pántaclo, la copa, que están naturalmente en relación de semejanza emblemática con todo el resto del cuaternario: la Varilla, elemento “Aire”, signo de Acuario, los Silfos, (Paralda) Saber, etc.. El Pántaclo, elemento “Tierra”, signo del Toro, los Gnomos (Gob), Querer, etc. La Espada, elemento “Fuego”, signo del León, las Salamandras (Djin entre los Arabes), Osar, etc… La Copa, elemento “Agua”, signo del Escorpión, las Ondinas como Genios (Nicksa), Callarse, etc…

Todas esas analogías de un plano al otro deben ser conocidas antes de toda otra documentación. Igualmente, no insistiremos más en la cuestión de que la magia no es una vaga superstición o algo que se resume en algunas fórmulas del género “abracadabra..” u otras, pero sí en que es inútil intentar cualquier cosa en ese dominio si el adepto no tiene por lo menos conocimientos de física, química, fisiología, psicología, astrología, alquimia, etc… Bien entendido, no es necesario poseer diplomas de grandes universidades sino tener al menos el equivalente en conocimientos, adquiridos aún por sus propios medios.

En lo concerniente a los atributos indispensables para la magia ceremonial, se encontrarán fácilmente todas las indicaciones para la confección de esos objetos en cualquier manual de magia práctica.

Para fabricar el cetro, por ejemplo, se escogerá la aurora de la Luna nueva para elegir una rama de avellano de 19 pulgadas y media (49cm) que aún no haya producido frutos, despejada del verduzco, sobre la cual se pronunciará la fórmula: “Oh! grande y poderoso Adonay, Eloim, Ariel y Jehová… Te suplico acordarme el favor de dar a esta varilla que yo corto, la fuerza y la virtud de aquella de Jacob, Moisés y Josué. Te pido también, Oh, poderoso Adonay, Eloim, Ariel y Jehová, encerrar en ella toda la fuerza de Sansón, la justa cólera de Emmanuel y los rayos de Zariatnatmik, aquel que vengará las injurias de los mortales en el juicio. Amén.”

En la Biblia (Números, capítulo XVII) se encuentran igualmente indicaciones de esa verga de Aarón.

Se trata a menudo de una varilla de almendro o de avellano cortada de un solo golpe con la podadora m. o la hoz de Au, cuando el árbol está dispuesto a florecer. Es preciso horadarlo e introducir una varilla de Fe imantado: a) un prisma poliédrico cortado triangularmente; b) una figura semejante en resina negra o bayo oscura. En el medio, dos anillos: uno de Cu, el otro de Zn; dorada del lado resinado, plateada del lado del prisma hasta los anillos recubiertos de cera. Sobre el anillo de Cu, se graba “Yod-Resh-Vaw-Shin-Lameth-Yod-Samech” – “He-Qoph-Daleth-Shin-Hé” y sobre el anillo de Zn: “Hé-Mem-Lameth-Beth” – “Shin-Lameth-Mem-Hé”. La consagración tiene lugar durante 7 días comenzando con la Luna nueva.

Se puede continuar con explicaciones semejantes, pero es ciertamente fastidioso para los alumnos el regresar sobre esas consideraciones tan preliminares. Así, pensamos que es mejor detenernos aquí con este capítulo que no fue, digámoslo una vez más, sino una simple ayuda memoria, un recuerdo de algunas nociones indispensables y sobre las cuales los textos corrientes quizás no insisten demasiado.

Repetimos pues, una última vez, toda la documentación elemental puede encontrarse en las obras sobre este tema y por nuestra parte nos contentamos con dar algunas bases muy simples a fin de poner en guarda a los alumnos demasiado apurados. Naturalmente, como siempre en estos casos, nuestros textos están incompletos aun en las pocas definiciones que damos en ciertos pasajes por la buena razón de que estimamos que antes de abordar semejantes estudios, los adeptos habrán tomado no solamente conocimiento de las obras clásicas para ese efecto, sino aún estudiado en nuestros diversos libros que, fuera de esta colección mensual de “Propósitos Psicológicos”, exponen ya una gran parte de las cosas indispensables. Es un hecho que más bien que agrupar en una sola obra (casi imposible de realizar por otro lado) todos los conocimientos útiles, hemos dado desde hace largo tiempo por aquí y por allá, todas las cosas indispensables para la elaboración del Gran Saber. Es bien pues por el método de iniciación tradicional que pretendemos continuar nuestra enseñanza a los alumnos preocupados de tomarse el trabajo de analizar cada obra y curso que se escalonan hasta el presente en diez años de Mensajes tanto para los discípulos fieles como para los curiosos que hayan seguido hasta ahora nuestras lecciones.

Recordemos pues una última vez que es precisamente así que se suben los peldaños iniciáticos del Templo Esotérico para llegar a ese Magisterio del cual se trata justamente en este Propósito Psicológico: la Magia.

Diciembre de 1957

(Continúa en nuestra próxima publicación)

1 Esas correspondencias han sido ya dadas, en el número X de estos Propósitos Psicológicos.

2 Las obras y autores son tan numerosos que no se sabe cuáles se deben citar, no solo para hacer algunas alusiones, sino para exponer todas las posibilidades serias en lo que concierne a la magia sexual a través de todos los tiempos y entre todos los pueblos. Los resultados ya no se ignoran hoy en día y el hombre de ciencia mismo puede explicárselos. Krafft-Ebing con su libro “Psicopatía sexualis” (1869) constituye una autoridad. Citemos también los muy serios trabajos de Salomón Reinach y Fernando Fleuret. “Iniciación sexual y evolución religiosa” así como las otras obras de Gordon. El “Tratado de Historia de las Religiones” de Mircea Eliade y los demás libros de ese autor. Tenemos igualmente a Westermarck (con “Historia del matrimonio”) y “Psicofisiología sexual” de Strominger, “Los ritos secretos del ubangui” escrito por Vergiat, “Vida sexual en Africa negra” por D.P. de ¨Pedrals, “Sociedades secretas de los misterios” por Briem; “La vuelta al mundo de un sexólogo” de Magnus Hierschfield. Es preciso mencionar a Delobson, Castiglioni, Culwick, J. Fabron, F.E. Wiliams, Welster, René Pottier y sobre todo a Magnien y aun Simone de Beauvoir ( “El Segundo Sexo”).

3 Una lista detallada ha sido dada ya en nuestra obra “Matesis de Psicología” (Libro VII de la serie “Los Grandes Mensajes”).

4En nuestro texto IV de la presente serie de “Propósitos Psicológicos” hemos hablado de la energía nuclear y de sus utilizaciones pacíficas, sobre lo cual un departamento de la UNESCO se ocupa activamente (ver también el No. XIV de la colección “La UNESCO y su Programa”).

5 Nos hemos detenido largamente en ese tema en nuestro “Propósito Psicológico” No. VI.

6 Primitivamente habían 7 caracteres en hebreo para designar las vocales (se sabe que el alfabeto de 22 letras no comporta más que consonantes). Esos 7 caracteres eran como el símbolo de los 7 glifos planetarios y servían para invocar a los espíritus, cada uno de cuyos nombres comienzan con una de esas vocales:

Aleph = vocal dulce (representada por A), Hé = vocal más fuerte (representada por E o H), Heth = vocal muy fuerte, pectoral (que vale como ê, h, ch ); Vaw con punto al interior, vocal oscura encerrada, (representada por ou, u, y); Vaw con punto arriba (vocal brillante para ô); Yod = vocal durable (representada por î) y Ayin = vocal gutural (profunda y representada por: ho, who).

7 Está dicho en el “Sepher” de Moisés (V-28) que Lamech engendra un hijo que es preciso comprender como “un ser emanado”. Noé (correctamente, sería Noah) “engendró” 3 hijos: Sem, Ham y Japhet (Adam engendró a Seth, Habel y Caín). Sem, en ese sentido, es el signo que permite reconocer un lugar señalable o un tiempo alejado, el renombre, el brillo. De una manera amplia sería el espacio etéreo, el empíreo.

8 Se notará que la palabra “alfabeto” está compuesta justamente de “alpha” y “beta” que son las dos primeras letras del alfabeto griego (alpha, beta, gamma, delta, épsilon, etc.. siendo “Omega” la última letra). Se hace decir a Jesús “Yo soy el Alpha y el Omega” (“Yo soy el principio y el fin”)... No hablando el griego… él no ha podido pronunciarlo de esa manera pero, en fin, así se definía que él era el alfabeto entero, el Verbo cumplido, el Logos. Ese es el “Toro de las regiones occidentales escondido en la región escondida (la Virgen), de quien emanan todos los dioses” como dice el papiro de Isi-Oer.

9 Aquí ya no es más cuestión de Pántaclos-Llaves con cuadrado mágico y signos directores

10 En aquel para los Mellizos se verá la inscripción: Au + Ag : 3j. -es decir oro y plata a pesos iguales, notemos que será preciso hacerlo pasar a través de un pequeño canal y llenarlo de Hg.